España no quiere sorpresas

La selección española de baloncesto busca este viernes (16.30, hora española) sacar sin sobresaltos su billete para los Juegos de Londres de 2012 y la final del Eurobasket 2011. Para ello tendrá que superar a la gran sorpresa de la cita en la que se ha convertido la hasta ahora modesta Macedonia.

Todo los pronósticos apuntaban a una apasionante semifinal del torneo entre la actual campeona y la anfitriona, apoyada por su ruidoso público, pero los macedonios se han colado como invitados sorpresa para la pelea, no sólo para la disputa del oro sino para el preciado pase olímpico, al que sólo accederán los dos contendientes finales por el título.

Nadie contaba con Macedonia, que comenzó de mal modo con una derrota ante Bosnia. Sin haber pasado de la novena plaza en su corta historia, en Polonia demostraron que su progresión parecía evidente, y, alrededor de un nacionalizado como Bo McCalebb, han formado un grupo compacto y con escasas fisuras que ha ido dejando un reguero de víctimas, la última, lo suficientemente seria para que se les deje de considerar revelación.

Ante Lituania, los balcánicos supieron mantenerse en todo momento dentro del encuentro y para dejar que el ambiente se convirtiese en una losa final para los locales. Para ello, echaron mano de todos sus recursos, fundamentalmente la defensa, que frenó el potente ataque de los lituanos, y McCalebb, autor de 23 puntos, pero con malos porcentajes.

El director de juego del Montepaschi Siena es el 'motor' de un equipo, con escasas rotaciones, y que lo basa casi todo a lo que pueda ofrecer su quinteto inicial. El estadounidense jugó 34 minutos, y Vlado Ilievski, exjugador del FC Barcelona y Caja Laboral, 38, un factor que puede pesar ya en un torneo donde están sufriendo partidos muy duros. Este último, que es el jugador que más tiempo está en cancha en este Eurobasket, fue el que ajustició a los anfitriones, que también sufrieron la inspirada noche de Vojdan Stojanovski, 15 puntos con 5/5 en triples. Por dentro, destaca el poderío de Pero Antic y Pedrag Samardziski, a los que los hermanos Gasol tendrán que buscar constantemente para cargarles de faltas.

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Pero, salvo McCalebb, no son un equipo prodigioso en ataque, e incluso es el penúltimo de los 24 clasificados para la cita en porcentaje de tiro (36,2). Todo esto lo compensan con su actitud defensiva, que les hace ser el segundo equipo que más balones roba (8,4), sólo superado precisamente por España (8,6), lo que les hace tener opciones ante rivales más cualificados, y ante los que han demostrado tener temple para jugar los minutos decisivos. También sacan provecho a su capacidad reboteadora ofensiva, una virtud en la que también destacaban los eslovenos.

De todos modos, España parte como favorita. Los hombres de Scariolo están alcanzando día a día su mejor nivel, y en sus tres últimos partidos ante combinados de nivel como Serbia, Francia y Eslovenia, se han impuesto con mucha contundencia, lo que ha permitido al técnico dar descanso a sus piezas más importantes.

La actual campeona se clasificó sin problemas, salvo en los primeros 20 minutos, para sus séptimas semifinales consecutivas de un torneo continental, y ahora aspira a jugar su tercera final, con el premio añadido del billete a los Juegos, el primer gran objetivo.

La única preocupación en el combinado nacional es el estado físico de José Manuel Calderón, aunque Sergio Scariolo ha advertido que el base extremeño está bien y será de la partida para intentar frenar a McCalebb como ya hiciese con Teodosic.

El partido ante Eslovenia reforzó aún más la autoestima de la selección, que recuperó en el momento adecuado la mejor versión de Navarro, nuevamente fino desde fuera, mientras que Pau Gasol, pese a fallar más de lo cuenta, sigue siendo clave en muchos aspectos. Por la actuación de estos dos jugadores, y la intensidad defensiva, pasarán las opciones para coger rumbo Londres.