¡No va más!
Hace unos años, Larry Bird (jugador de los Boston Céltics/NBA) dijo una frase de Thomas Jefferson, adecuada a su deporte: "No sé que me ocurre, pero descubrí que cuanto más entreno, más suerte tengo..."
Mi experiencia en los Casinos es más bien escasa. Hace mucho tiempo estuve en Las Vegas (Nevada), donde me sorprendió que los hoteles, propietarios de la mayoría de estos lugares de "perversión", hicieran precios irrisorios a quienes se hospedaran allí e incluso les trasladaran en limusina desde el mismo aeropuerto -donde ya al bajar del avión, veías en el Hall de salidas o llegadas, salas llenas de máquinas "tragaperras". También algunos de ellos, les pagaban los desayunos, les invitaban a copas o incluso les daban dinero físicamente en la entrada..., a cambio, eso sí, de entrar a jugar, con la seguridad de que esa inversión, imposible en cualquier otro lugar del mundo, les compensaba generosamente.
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Tras admirar autenticas réplicas de las Siete Maravillas del Mundo y otras auténticas obras de ingeniería, decidí entrar en uno de los clásicos, el "4 Queens", en el 202 de la calle Fremont Street. Una vez allí, tres grandes áreas dominaban unas salas, perfectamente diseñadas, para atraparte, para inducirte a probar fortuna de forma paulatina.
Una vez frente a estas máquinas llenas de seducción y ante les que puede llegar a entenderse, que atrapen a personas de cualquier cultura o estrato social, no era fácil tampoco para mí (inexperto que es uno) saberlas utilizar, pues un sin fin de botones de colores desnudaban tu ignorancia y posibilidades, y te limitabas a tirar una moneda y a darle a la palanca, sin que el resultado fuera otro que ver frutas de bailar a una velocidad inverosímil y oír una musiquita celestial (campanitas por doquier), que venían a decirte: "casi!...prueba de nuevo".
Luego miré las mesas de "Black Jack", en esos encuentros en la intimidad que generan esas pequeñas mesas semicirculares con un o una crupier a modo de confesionario. Mi bajo nivel en el lenguaje de Shakespeare en torno al mundo de la Baraja y los Naipes, me hizo desistir. Yo sabía jugar al "Siete y Medio" y había oído que allí se hacía a 21 puntos, pero no habría sabido ni como empezar, ni en que mesa ponerme, pues allí había algunas con 6 o 7 personas, y otras en las que a duras penas había una.
Por fin, llegué a la zona más abarrotada, la que habrá ilusionado, pero también habrá destrozado más de alguna reforma del baño, cambiado el viaje a Egipto por unas vacaciones en el pueblo y los suegros, o obligado a seguir conduciendo la furgoneta del trabajo y no ese cuatro por cuatro que querías. La "Ruleta Americana". Un sinfín de números distribuido en columnas, te permitían, tras observar unos minutos y cambiando dinero por fichas, poder jugar de modo simple o complejo. Es obvio que hice yo, ya no tan solo por falta de conocimiento, si no por mi bajo presupuesto y lo efímero del juego. El "rojo o el negro", el "par o impar". El resultado no hace falta explicarlo, "Dolly" (muñeca) como llaman a la figurita de vidrio que delata el número que salió al girar la ruleta con esa bola saltarina, nunca coincidía con el 99% de los que estábamos allí...
En el Macedonia vs. España de ayer, esa fue la sensación que nos sobrevino a muchos. Es evidente que en los deportes de grupo, los distintos estados de forma, de ánimo, incluso una buena o mala noche de tus hijos, una digestión pesada o una música estimulante (de esa que oyen los jugadores a grandes decibelios), puede crear en ti como jugador, un estado de especial eficacia o de falta de sensibilidad absoluta con el balón, y eso a menudo se refleja en los primeros instantes en cancha. No es menos cierto, que algunos, suelen ver ese pequeño aro de 45cm. y colgado a 3'05m., como una piscina; o los hay que asumen esa responsabilidad de tirar del carro cuando las cosas no van bien, de modo extraordinario, pocos, pero los hay.
Pero en una selección tan bien dotada como la que tiene España, y asumiendo que el Campeonato es extremadamente largo y cansado, y que estos son un par de "Cracks", parece arriesgado que nos lo juguemos todo al "Rojo", al "Navarro o al Gasol", a "Batman y a Robin" (como les dicen algunos), poniendo a prueba los corazones de millones de espectadores.
"¡No va más!" Esta frase dice y significa mucho más de lo que parece a simple vista. En la ruleta marca el final de las decisiones de los jugadores y de sus posibles especulaciones. A partir de que el croupier de la ruleta "FRANCESA!!!" la pronuncia, ya no hay nada que hacer, todo queda en manos de la suerte. Esperemos no depender de ella, y que conjugando el talento, esfuerzo e inteligencia que posee esta Selección, el domingo por la noche abramos una botella de champán... no, mejor de cava. Salud