Atentado fallido contra el avión del presidente paquistaní Musharraf
El general sale ileso y el Ejército niega el ataque
El avión del presidente paquistaní, Pervez Musharraf, fue atacado esta mañana con una ráfaga de disparos cuando despegaba del aeropuerto militar de Rawalpindi, al norte del país, según confirmó un funcionario de inteligencia. Los proyectiles erraron el blanco y Musharraf llegó a salvo a su destino. Varios testigos vieron dos armas de fuego colocadas en el tejado de un edificio adyacente al aeródromo. El Ejército ha negado el incidente.
La casa desde la que se disparó contra el avión de Musharraf había sido alquilada hace unos días por una pareja, que presumiblemente ha escapado del lugar, según los vecinos.
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La Policía ha hallado en el lugar una metralleta antiaérea de cañón largo y una metralleta ligera, armamento similar al que emplea el Ejército de Pakistán. Las fuerzas de seguridad acordonaron el área y cerraron las tiendas de las proximidades.
El portavoz del Ejército, el general Arshad Waheed, mantuvo que la información ofrecida por los medios locales es "inventada y sin fundamento" y añadió que Musharraf llegó ya a la ciudad suroccidental de Turbat para inspeccionar la zona arrasada por las inundaciones.
El general Musharraf, que alcanzó el poder en 1999 tras un golpe de estado, ha sobrevivido en este tiempo a dos intentos de asesinato. El último, perpetrado por un grupo vinculado a Al Qaeda, ocurrió en diciembre de 2003.
El ataque de hoy coincide con una grave crisis en Islamabad, donde unos cientos de radicales islámicos permanecen atrincherados en el interior de la céntrica Mezquita Roja.
El mismo Pakistán vive una época de turbulencias. Iftikar Chaudhry, jefe del Tribunal Supremo destituido por Musharraf, se ha alzado como una especie de líder de la oposición al general, capaz de movilizar a las masas.
Un ataque suicida mata a varios soldados
Casi a la misma hora del atentado fallido contra Musharraf, un grupo de islamistas radicales mataban al menos a dos soldados paquistaníes tras atacar un convoy militar, en el noroeste del país.
Es el segundo ataque contra el Ejército en tres días. Un suicida empotró el miércoles su vehículo contra otro destacamento y mató a seis militares y un niño.
Los ataques suicidas son cada vez más frecuentes por la ayuda que Musharraf presta a las potencias internacionales, que luchan contra los talibanes en el vecino Afganistán. Los disturbios de Islamabad han enfrentados aún más al general con los grupos islamistas.