Nuevos incidentes en Barcelona por el desalojo y la demolición de Can Vies
Algunos de los participantes han tratado de quemar la grúa que está siendo utilizada para los trabajos de demolición del inmueble
Nuevos incidentes violentos se han producido a última hora de la tarde de este martes en el barrio de Sants de Barcelona tras una nueva manifestación convocada para protestar contra el desalojo y el comienzo posterior de la demolición del inmueble de Can Vies, que llevaba 17 años okupado.
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Alrededor de medio millar de personas han participado en esta manifestación, que ha degenerado en incidentes cuando algunos de los participantes han tratado de quemar la grúa que está siendo utilizada para los trabajos de demolición del inmueble. Los Mossos d'Esquadra han cargado contra los manifestantes que han intentado quemar la grúa, que poco después han encendido una enorme hoguera en las inmediaciones del inmueble desalojado ayer utilizando mobiliario urbano y otros objetos. Además, grupos de manifestantes han vuelto volcar y quemar contenedores y han apedreado los cristales de algunas sucursales bancarias de la zona.
La parada del Metro de Plaza de Sants ha sido cerrada provisionalmente por precaución y el tráfico rodado en la zona se encuentra cortado, mientras que todo el barrio está acordonado por los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana. Los Mossos d'Esquadra detuvieron ayer a dos personas y procedieron a la identificación de una decena tras los violentos incidentes registrados por el desalojo de Can Vies.
La manifestación había sido convocada para protestar por el desalojo del inmueble, que comenzó a ser derribado ayer lunes, minutos después de acabar la operación policial en la que doce jóvenes fueron sacados por la fuerza del interior de la casa, donde seis de ellos se habían atrincherado o encadenado.
El desalojo de este histórico inmueble, que desde 1925 pertenece a la compañía Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), comenzó a las 13:00 horas de ayer con un fuerte dispositivo policial de unidades antidisturbios. Aunque no se produjeron detenciones durante el desalojo, seis de los jóvenes fueron denunciados por la policía por un delito de desobediencia porque se resistieron activamente al desalojo, algunos encadenándose, metiendo los brazos en tubos o atrincherándose tras una pared de hormigón protegida por otra hecha con bombonas de butano.