Los resultados oficiales confirman la victoria islamista en Marruecos
El Partido Justicia y Desarrollo obtiene 107 escaños, insuficientes para gobernar en solitario, por lo que tendrá que buscar apoyos
El Ministerio del Interior ha ofrecido, 48 horas después del cierre de las urnas, los primeros resultados oficiales de los comicios celebrados el pasado viernes, que otorgan 107 escaños del nuevo Parlamento al islamista Partido Justicia y Desarrollo, confirmando su victoria. En segunda posición le sigue el nacionalista Istiqlal, con 60 asientos, que abandona la presidencia del Ejecutivo dirigido durante esta última legislatura, aunque probablemente forme coalición con el PJD. En tercera posición, la gran derrotada Agrupación Nacional de Independientes (RNI, en sus siglas en francés), que solo ha conseguido cosechar 52 escaños. El Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), vencedor de las últimas elecciones municipales en 2009, se queda relegado a la cuarta plaza, con 47 asientos.
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El Partido Justicia y Desarrollo deberá buscar apoyos en el próximo mes para formar una alianza que alcance la mayoría absoluta, cuyo umbral está fijado en 198 escaños. Según la nueva Constitución, el monarca Mohamed VI deberá seleccionar al próximo presidente del Gobierno dentro de las filas del partido más votado, el PJD.
Ambiente de júbilo y alegría en la tarde y noche del domingo en la sede del PJD. Todo eran sonrisas, abrazos, gritos y una dosis de buen humor aportada por su secretario general, Abdelillah Benkirane, que en su discurso de la victoria ha deleitado a la audiencia con varios chistes. Y no era para menos. Por primera vez, su partido ha ganado las elecciones en Marruecos. Y también es la primera ocasión que lo hace una organización de corte islamista. El líder del partido vencedor no ha querido reclamar el puesto de presidente del Gobierno, cuya decisión "concierne al rey". Sin embargo, sí ha pedido para su organización "determinados ministerios" y no ha querido entrar en polémicas "de quién toma alcohol o cómo deciden vestirse las mujeres", porque no piensa "atentar contra las libertades individuales". Los islamistas deberán buscar durante este mes apoyos en otros partidos para alcanzar la mayoría absoluta, establecida en 198 escaños, y formar así el nuevo Gobierno. Benkirane ya había asegurado, a medida que se han ido conociendo los resultados, que deja todas las posibilidades abiertas y que está dispuesto a pactar con cualquier partido, "excepto con el PAM". Sin embargo, siempre ha hecho más guiños a la coalición de la Kutla, formada por partidos como el Istiqlal, el Movimiento Popular (MP) o la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP).
Algunas quinielas se decantan por una unión entre PJD, Istiqlal y USFP, que, con los 39 asientos de los socialistas, alcanzaría 206 escaños, suficientes para gobernar. El acuerdo PJD e Istiqlal parece lógico, no tanto así la inclusión de la USFP, cuya cúpula podría ver bien acceder al poder, pero cuyos militantes jóvenes, muchos de ellos laicos, podrían considerar una traición una unión con los islamistas. Los resultados oficiales que se han ofrecido hasta ahora no arrojan ningún dato sobre el porcentaje de votos nulos y en blanco. En las pasadas elecciones, esta tasa superó el 15%, lo que siempre ha creado sospechas sobre la limpieza de unos comicios calificados como "limpios" por algunos observadores internacionales. La participación en estas elecciones ha sido del 45% de los 13,6 millones de marroquíes inscritos, pero tan solo de un 25,5% teniendo en cuenta los 24 millones de mayores de edad (incluyendo los 3 que viven en el extranjero).
Pocas horas antes de la publicación de los resultados, el Movimiento del 20 de febrero, que había llamado al boicot de los comicios, ha hecho salir a miles de jóvenes a las calles marroquíes para continuar su protesta contra las elecciones y el sistema político marroquí. "Continuaremos manifestándonos hasta que tengamos una respuesta a nuestras reivindicaciones, que, de momento, no ha llegado", asegura Youness Belghazi, miembro del movimiento contestatario. "Nos da igual que sean islamistas, izquierdistas o de cualquier ideología política", continúa Belghazi, "porque sabemos que no tendrán ningún poder para cambiar nada, ya que sigue sin haber división de poderes y estos partidos son solo decoración del sistema". En Rabat, más de 2000 personas han vuelto a entonar sus cánticos contra las elecciones, la corrupción y el despotismo. Entre la muchedumbre se podía contar un buen número de islamistas, no satisfechos con la victoria del PJD. "Este partido ha sido emplazado como vencedor para absorber la ira de la calle, con la victoria de los islamistas en Túnez", afirma Rida Benotmane, salafista y dirigente de la Coalición por la Liberación de los Presos Islamistas, quien sostiene además que "seguramente haya habido un acuerdo con quienes tienen las riendas de Marruecos", y se pregunta "si verdaderamente van a poder solventar los problemas reales de los marroquíes como la libertad de expresión, los detenidos políticos o el empleo".