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SALUD

Uno de cada tres diagnósticos de coma podrían ser erróneos

Estos pacientes son capaces de captar estímulos procedentes del exterior pero no pueden reaccionar a ellos

Rom Houben, víctima de un accidente de tráfico, explica en una entrevista a una televisión británica cómo escuchó durante años las conversaciones de su entorno sin poder comunicarse(CNN)

Uno de cada tres pacientes (entre un 25 y un 30%) que permanecen ingresados en estado de coma podría tener un diagnóstico erróneo y estar captando estímulos del exterior ante los que, sin embargo, no pueden reaccionar, según los resultados de un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Tubingen (Alemania) que aparecen publicados en la revista 'Der Spiegel'.

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Según dicha investigación, en Alemania se estima que cada año hay entre 3.000 y 6.000 personas que entran en un "estado consciente de coma", según señala el autor de la investigación, Boris Kotchoubey, del Instituto de Psicología Médica y Neurobiología del Comportamiento de esta univerisadad, para quienes la esperanza de vida es de unos cinco años de media.

El problema de estos pacientes, explica, es que son capaces de captar estímulos procedentes del exterior pero no pueden reaccionar a ellos o, al menos, no pueden hacer que los demás aprecien estas reacciones por lo que, según publica la agencia alemana Deutsche Welle, "están condenados al aislamiento".

Sin embargo, las cifras oscilan según las investigaciones ya que, en otro estudio, llevado a cabo por el experto de la Universidad de Lieja, Niels Birbaumer, se estima que el porcentaje de pacientes con pérdida de conciencia "falsamente diagnosticados en estado vegetativo" es de hasta un 43%.

De hecho, un ejemplo de estos diagnósticos fallidos es lo que le ocurrió al belga Rom Houben, de 46 años, que ha pasado 23 de ellos atrapado en una cama, plenamente consciente, mientras todos pensaban que estaba en estado de coma después de haber sufrido un accidente de coche.

Aunque su cerebro funcionaba a la perfección, la parálisis le impedía comunicarlo ni hacer notar a los demás que estaba lúcido, hasta que una investigación de Birbaumer demostró con una tomografía que el paciente estaba paralizado, pero no en estado de coma.

"He gritado, pero nadie me podía oír", comenta Rom Houben, quien durante mucho tiempo intentó hacerse oír por enfermeros, médicos y familiares, hasta que completamente impotente abandonó todas sus esperanza de intentar alcanzar una mejor calidad de vida.

Houben ha dicho en una entrevista a los informativos de la televisión ITV británica que "en algunos momentos la soledad fue horrible". Los médicos descartaron que pudiera salir del estado vegetativo. Una Universidad belga descubrió que el cerebro de Houben estaba activo.

 
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