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SALUD

El deporte intenso a mediana edad aumenta el riesgo de osteoartritis

La osteoartritis es una enfermedad de las articulaciones degenerativa que causa dolor, inflamación y agarrotamiento

Los hombres y mujeres de mediana edad que practican una actividad física de alto nivel podrían estar dañando sus rodillas y aumentando su riesgo de osteoartritis, según un estudio de la Universidad de California en San Francisco y la Universidad de Muenster en Alemania. Los resultados de la investigación se han hecho públicos durante la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica que se celebra estos días en Chicago (Estados Unidos).

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Según explica Christoph Stehling, responsable del estudio, "nuestros datos sugieren que las personas con mayores niveles de actividad física podrían tener un mayor riesgo de desarrollar anomalías de la rodilla y por ello un mayor riesgo de desarrollar osteoartritis". La osteoartritis es una enfermedad de las articulaciones degenerativa que causa dolor, inflamación y agarrotamiento.

En el estudio participaron 236 participantes asintomáticos que decían no padecer dolor de rodilla y que fueron reclutados en la Iniciativa de Osteoartritis de los Institutos Nacionales de la Salud. Los participantes incluían a 136 mujeres y 100 hombres, de entre 45 y 55 años con un peso variado saludable. Estas personas fueron divididas en tres grupos según su nivel de actividad (bajo, medio y alto) que se estableció a través del cuestionario de la Escala de Actividad Física (EAF).

Análisis posteriores de imágenes de resonancia magnética (IRM) indicaron una relación entre los niveles de actividad física y la frecuencia y severidad de los daños en la rodilla. Las anomalías de rodilla específicas identificadas incluían lesiones de menisco, cartílago, ligamentos y edema de médula ósea. Estas anomalías se asociaron sólo con los niveles de actividad y no con la edad o el género.

"La prevalencia de las anomalías de rodilla aumentaban con el nivel de actividad física. Además, los defectos de cartílago diagnosticados en personas activas eran más graves", añade Stehling. Los descubrimientos también indicaron que algunas actividades suponían un mayor riesgo de daños en la rodilla con el paso del tiempo.

"Este estudio y otros anteriores de nuestro grupo sugiere que el alto impacto y el peso soportado durante la actividad física como correr o saltar podría ser peor para la salud de los cartílagos. A la inversa, las actividades de bajo impacto, como nadar o hacer bicicleta, podrían proteger el cartílago enfermo y prevenir el cartílago sano del desarrollo de la enfermedad", concluye Stehling.

El investigador apunto que serán necesarios nuevos estudios prospectivos para evaluar la influencia de la actividad física de bajo y alto impacto en la progresión de la enfermedad.

 
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