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Bagdad, seis años después: Impresiona y entristece

Sigue las crónicas de la enviada especial de la Cadena SER a <b>Bagdad</b> en <b>CADENASER.com</b>

(CARLA FIBLA / CADENA SER)

Impresiona y entristece observar en lo que se ha convertido esta activa ciudad, donde era posible discutir a cualquier hora del día o la noche en la calle, criticar al régimen de Saddam Hussein en cómicas obras de teatro en las sesiones nocturnas, y en la que se podía palpar como, a pesar de la dictadura y del embargo, la gente se sentía orgullosa de sus orígenes.

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El Bagdad de hoy se cae a pedazos, mantiene el color marrón oscuro que lo invade todo, provocado por un polvo constante que a veces es tan denso que impide ver el otro lado de la calle. Pero en este amargo decorado en el que parece que se ha estancado esta ciudad, lo ocupa todo el enjambre de cables con los que sus habitantes consiguen trasladar la electricidad que un vecino ha instalado en su casa. Seis años después de la guerra de EEUU contra Iraq, de la "liberación" e "implantación de la democracia occidental", los iraquíes sólo tienen luz dos horas al día en verano y durante el resto del año los cortes de luz son constantes, prolongándose a veces durante horas. Por eso la ciudad también está invadida por el ronroneo molesto de los generadores que, de todos los tamaños, ocupan un lugar a la entrada de cada edificio. Las farolas de las principales avenidas funcionan con pequeños paneles solares que por la noche permiten iluminar sus bombillas naranjas.

Angustia recorrer durante metros y metros el muro de hormigón de tres metros con el que protegen avenidas enteras de los atentados con bomba. Muchos de ellos han intentado dulcificarse con elaborados dibujos de artistas espontáneos. La creación de los pintores de Iraq hoy sólo tiene espacio en estos sinistros muros donde pintan desde ilustraciones abstractas a paisajes o sencillamente interminables banderas iraquíes para no olvidarse de quienes son.

La pesadumbre se ha apoderado de los habitantes de Bagdad que hablan de "seguridad relativa", que puede quebrarse en cualquier momento. "No nos podemos fiar de nadie. Hace dos semanas intentaron secuestrar a mi hijo de 18 años. Paró un coche junto a él cuando regresaba a casa, le preguntaron si sabía de algún alquiler en la zona e intentaron forzarle para que entrara en el coche. Por suerte es un chico fuerte y logró escapar. Apuntó el número de matricula pero prefiero dejar las cosas como están. Temo quien pueda estar detrás", nos explica desde el salón de su casa Basel, un ex baazista que hace año y medio regreso a su puesto en el Ejército porque "veía que perdíamos el país".

"Nos queda mucho sufrimiento porque la violencia sigue estando ahí, hay mucha confusión aprovechada, y cuando se vayan los americanos llegará la venganza. Porque si a mi me han matado a gente de mi familia, no lo voy a olvidar. ¿Me entiende?", añade Basel después de explicar de forma gráfica que Iraq está sirviendo de "videojuegos". "Mucha gente está jugando con nosotros porque lo que menos importa son los iraquíes. Los estadounidenses no respetan el acuerdo de seguridad, hacen los que quieren, están de tras de muchos de los atentados de Iraq".

Junto a él, su mujer resume sin parpadear como se siente: "No vivimos, respiramos, comemos, dormimos. No tenemos una vida social porque salir supone asumir muchos riesgos, nuestros hijos, alguno adolescente, se pasan el día encerrados en sus habitaciones, y yo no puedo culparles de que se dejen caer en la depresión. No puedo ayudarles".

Rodeado por muros de hormigón, alambrada, sin tener contacto con el exterior durante semanas, un diplomático europeo nos explica que Bagdad, la ciudad más peligrosa del mundo, es como una casa en la que entras un día y observas un desastre increíble, algo ingobernable, un caos, y cuando regresas a los dos meses reina el silencio, todo parece bajo control, pero cuando averiguas cómo se ha logrado este espectacular cambio te das cuenta de que las habitaciones han sido cerradas con llave, las personas atadas a las sillas, algunos amordazados.

El miedo vuelve a estar presente en Iraq. En este país actúan los cuerpos oficiales como la policía nacional iraquí (en la que no pueden ingresar suníes), el Ejército (compuesto por chiíes y también por suníes, para mantener cierta profesionalidad), las brigadas del Sahua (tribus suníes), las milicias chiíes, las tropas estadounidenses, mercenarios, Al Qaeda y la resistencia (ex baazistas) que luchan sólo contra las tropas estadounidenses. Se les diferencia por la forma de vestir, por la zona que tienen bajo control, por la actitud, pero la realidad es que el país es casi ingobernable porque nadie puede denunciar una injusticia, lo que hace que se esté consumiendo en el caos. "Los últimos dos asesinatos de profesores fueron el pasado mes de marzo en la Universidad de Anbar. Nos matan con absoluta impunidad porque el gobierno ni siquiera investiga. La situación es muy grave sobre todo en las facultades de medicina, donde hemos perdido a muchos docentes", explica Ahmed Ajdar, jefe del Departamento de Ciencias de la Universidad An-Nahrein de Bagdad. Y añade: "Si Saddam cogía toda la riqueza de Iraq, ahora tenemos 200 Saddams. La gente tiene miedo".

  • <a name="despiece1"></a><b>IRAQ DE MARZO DE 2003 A ABRIL DE 2009 EN CIFRAS:</b>
 
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