Sharon encarga al Ejército un plan para deportar a Arafat
Las presiones de EEUU impiden al Gobierno israelí ejecutar la expulsión
El Gobierno israelí ha ordenado al Ejército que diseñe un plan para deportar al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat. Así lo ha decidido el gabinete de seguridad de Ariel Sharon, que ha declarado a Arafat "deportable".
De momento, Sharon no ejecutará su decisión de deportar al líder palestino por las presiones de Estados Unidos. Pero, en cualquier caso, el Gobierno israelí "se compromete" a actuar para conseguir la "eliminación" de Arafat como líder palestino, si bien no define los medios.
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Por su parte, fuentes oficiales palestinas han asegurado a la agencia Reuters de que la de decisión de Sharon sólo servirá para "desestabilizar" Oriente Próximo.
Analistas locales tratan todavía de entender cuál es el significado de la nueva resolución, que responde a la voluntad de la gran mayoría de los ministros del Gobierno más que a las recomendaciones de los servicios de seguridad.
APOYO A ARAFAT
La reacción de los palestinos no se ha hecho esperar y cientos de ellos han salido a la calle, tanto en la franja de Gaza como en Cisjordania, y se han congregado a las puertas del complejo presidencial en Ramala. Además, las milicias palestinas han colocado sacos terreros en la zona ante un previsible ataque por parte del Ejército israelí.
Arafat salió de la "mukata" y se dirigió a los manifestantes, a los que dijo: "Nadie me podrá echar". "Las montañas nunca podrán ser movidas por el viento", dijo el presidente recordando una de sus más famosas frases. "El pueblo palestino continuará en su tierra para defenderla y nadie nos podrá echar", agregó.
REPRESALIAS TRAS EL DOBLE ATENTADO
Ariel Sharon se reunió con los miembros del gabinete reducido para asuntos de seguridad a fin de decidir la represalia de Israel por los dos atentados del último martes, en los que murieron 15 personas. Entre las represalias planteadas por los organismo de seguridad estuvieron las de una invasión masiva en Gaza como la que el Ejército llevó a cabo en Cisjordania en abril de 2002, durante la Operación Muro de Defensa.
La opción de expulsar a Arafat de la zona ha sido un planteamiento de los propios ministros, y que no ha contado con el apoyo del jefe de los servicios secretos, Avi Dichter. Dichter se opuso a la propuesta de los ministros y dijo que propondría otras alternativas que ayudaran a poner presión sobre el presidente palestino para que combata el terrorismo o se vaya por su propia voluntad.
ARAFAT: "ME PUEDEN MATAR; DE AQUÍ NO ME MUEVO
No obstante, Arafat ha aclarado que si Israel quiere que se vaya tendrá que matarlo. "Nadie me va a expulsar de aquí. Si tienen bombas me pueden matar pero yo de aquí no me muevo", dijo hoy el veterano líder palestino. Los organismos de seguridad palestinos sellaron ayer las entradas a la "mukata" de Ramala, donde Arafat se halla confinado desde hace casi dos años, a fin de obstaculizar el avance de tropas israelíes.
Este jueves, el Ejército israelí tomó un edificio del Ministerio de Cultura en Ramala desde el que se puede observar la sede de la Gobernación, en lo que fuentes del Gobierno de Israel calificaron de "mensaje" a Arafat. Se trata de un edificio de varias plantas y los soldados israelíes han establecido en la última planta un puesto de observación.
La decisión de expulsar a Arafat, una misión virtualmente imposible desde el punto de vista militar si el presidente palestino decide resistir, cuenta desde hace tiempo con el apoyo de la gran mayoría del Gobierno israelí. De hecho, lo único que lo ha impedido hasta ahora es una vieja promesa de Sharon al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en el sentido de que no tomará ninguna decisión al respecto sin consultarle.