La única vez que la 'wine star' Santi Rivas estuvo a punto de salir corriendo de una bodega

Santi Rivas se suele referir a sí mismo como «el Stradivarius de la cata» o «el Rolex de la degustación». Apelativos que, en todo caso, y más allá de su afición al vino, dejan claro que el colaborador de Gastro SER tiene —como mínimo— dos virtudes: un paladar envidiable y también un gran sentido del humor. En la última sección de El vampiro del vino, dedicada de forma monográfica a Asturias, Santi Rivas ha explicado que los vinos de la DOP Cangas son «de clara influencia atlántica» y que, al tratarse de una región fría, sus vinos son «muy ácidos y bastantes minerales». Durante la cata de uno ellos, de la bodega Silubio, de hecho, ha hablado de «lo que ahora llamaríamos tintos de fresqueo, fáciles de beber sin menoscabo de complejidad». Pero la acidez puede resultar muy útil. «Si estás comiendo cachopo o fabada, te limpia la boca. Es como un Listerine pijo», ha dicho. El autor de Deja todo o deja el vino ha puesto en valor la labor de la tienda Coalla en el fomento de la afición y la cultura del vino en Asturias y ha elogiado al Consejo Regulador de la DOP Cangas por apostar por variedades autóctonas como la albarín blanco, verdejo negro o carrasquín, entre otras. De hecho, en unos de sus divertidos arrebatos, ha reclamado que los fabricantes de copas se fijen también en las variedades asturianas. «Suelen tener nombres aristocráticos: Riedel chardonnay, Spiegalou cabernet sauvignon... Por favor, Riedel, quiero la Riedel carrasquín o la Riedel verdejo negro... Aunque verdejo negro me evoca algún tipo de práctica sexual extravagante». «Las bodegas asturianas no van a competir por precio, sino por calidad», ha añadido. «Hacen muy buenos vinos. ¡Viticultura heorica! Con grandes desnivales, parecidos a los del Priorat, Ribeira Sacra o determinadas zonas de la Axarquía de Málaga». Ha sido al destacar la heroicidad de sus bodegueros, justamente, cuando ha recordado que, en una de sus visitas a los viñedos de la DOP Cangas, alguien le advirtió de que quizá tenían que salir corriendo en cualquier momento porque, de vez en cuando, se acercaban un par de osos pardos. Una circunstancia que dejó a Santi Rivas desprevenido y también «aterrorizado». No en vano, ya hay algunos precedentes de ataque a humanos en Asturias. Algo que ha llevado a preguntarse cómo hay que responder ante la amenazante presencia de un oso: ¿haciéndote el muerto, o gritando para asustarle? Pues bien, el Servicio de Parques Nacionales de EEUU aconseja no correr ni trepar a un árbol: lo ideal es quedarse quieto... o alejarse lentamente. En caso de que el oso se acerque, hay que agitar los brazos y hablar en voz alta; y en caso de ataque, lo preferible es hacerse el muerto, boca abajo. Pero más allá del susto que se llevó El vampiro del vino, lo cierto es que en Asturias hay empresas turísticas que ofrecen actividades de observación del oso pardo o el gato montés con una pequeña ruta por el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias.

La única vez que la 'wine star' Santi Rivas estuvo a punto de salir corriendo de una bodega

En la sección de vinos dedicada a Asturias, el fundador del Colectivo Decantado ha acabado hablando del "Listerine pijo", de prácticas sexuales extravagantes y de su miedo a los osos

Carlos G. Cano

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