Begoña Rodrigo, más 'top chef' que nunca: el restaurante La Salita consigue su tercer sol Repsol

Cartagena (Murcia)

La cocinera Begoña Rodrigo, chef de La Salita (València), se ha convertido en la gran protagonista de la gala de la Guía Repsol 2024, celebrada este lunes en Cartagena (Murcia) al convertirse en la única chef que ha conseguido meterse en el selecto club de los restaurantes con tres soles.

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El restaurante valenciano, por lo tanto, ya no solo cuenta con una estrella Michelin y está considerado como el mejor en vegetales de Europa (según la We're Smart Green Guide), sino que, para Repsol, también es uno de los 44 locales que forman parte de la élite de la gastronomía española. El establecimiento cuenta con varios menús degustación de entre 128 y 175 euros.

En una conversación con varios periodistas, Begoña Rodrigo se ha mostrado muy satisfecha por haber conseguido los tres soles después de muchos años haciendo las cosas "como pensaba que se tenían que hacer" y ha agradecido el hecho de haber tenido el restaurante "siempre lleno", reconociendo que el dinero que ganó gracias a su victoria en Top Chef (2013) le permitió "invertir y avanzar".

Comprar sillas, lavar platos y ganar premios

Pero, aunque reconoce que "los días de los premios son preciosos" porque todo reconocimiento te permite trabajar con "más libertad", la chef ha querido recordar "otros días muy bonitos" de la historia de La Salita: "Cuando nos dieron la primera estrella, cuando pudimos cambiar las sillas, cuando nació el primer hijo de un trabajador del restaurante, cuando pudimos cambiar la WinterHalter [lavavajillas industrial] o cuando pusimos el aparato para fichar y que todos trabajáramos 40 horas".

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La cocinera valenciana ha recordado que en La Salita echó a andar con cuatro trabajadores y que, a día de hoy, ya cuenta con 32. "Ser sostenible es que en tu restaurante los trabajadores hagan las horas que tienen que hacer", ha detallado. "Yo he sido mala jefa porque mis miedos me impedían delegar. También ponía muchísima comida por miedo a que los clientes se fueran con hambre. ¡Los cocineros cocinamos nuestros miedos! Pero con el tiempo he aprendido a superarlos".

Acostumbrada a ser una de las grandes referentes de un mundo tan masculino como el de la alta cocina, Begoña Rodrigo ha asegurado que la gastronomía hecha por mujeres está "muy estancada" porque, aunque la pandemia ha acelerado las políticas de conciliación, "25 años años después las cosas siguen yendo muy despacio". En su opinión, además, hay que "pensar en las que vienen detrás" y aprovechar cualquier oportunidad para visibilizar el trabajo de las mujeres.

"Le diría que estoy muy orgullosa"

La cocinera valenciana se ha emocionado al tratar de explicar qué le diría a la Begoña Rodrigo que abrió La Salita hace 18 años: "Le diría que estoy muy orgullosa de ella. Pensé nunca que lo diría, pero sí. Estoy orgullosa de haber seguido siempre mis ideas y de haberme equivocado, pero sin pisar a nadie".

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La chef no ha seguido el camino habitual de la alta cocina, desde luego. Ella, de hecho, nunca quiso dedicarse a la cocina. Pero después de pasar unos años en Holanda, volvió a València y abrió su propio restaurante en un barrio periférico (Algirós).

"Cuando empecé no tenía referentes", explica. "Pero Ángel León ha acabado siendo una persona muy inspiradora. Carme Ruscalleda me parecía superfina. Desde que estoy con Pepe Solla cocina los pescados mucho mejor. Y a Maca de Castro siempre la he admirado mucho".

Acidez y creatividad

La chef de La Salita asegura estar "muy enchufada" y habla con ilusión de su menú vegetariano y de otro con los "grandes hits" que La Salita ha ido acumulando a lo largo de los últimos 18 años: "Ha sido tan difícil hacer la selección que no descarto ir cambiándolos cada tres meses".

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También habla con emoción de los embutidos vegetales que está desarrollando o la nueva gama de postres vegetales que está a punto de presentar: "El menú fallaba en eso porque los que hacíamos estaban ricos, pero no estaban en la onda vegetal del restaurante".

En lo que más ha desarrollado su creatividad, de todas formas, ha sido en el campo de los vinagres. "La acidez siempre ha estado presente en el restaurante", señala ante el micrófono de la Cadena SER. "Pero yo empecé porque me encantan los escabeches y hacerlos con vinagres naturales es otro rollo. El último lo hemos hecho a partir de chufa, pero ya tenemos 500 litros y ahora quiero ver cómo van envejeciendo. El secreto de un buen restaurante es la constancia. Dar siempre el mismo nivel y que no te pase como con los arroces, que a veces están de puta madre y otras son un desastre".