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"La pobre mujer se puso a temblar": se intoxican con el atún de un restaurante y reaccionan de la forma más inesperada

Las intoxicaciones por histamina suelen producir urticaria, enrojecimiento de la piel, dolor de estómago, diarrea o náuseas

Tataki de atún con salsa teriyaki. / Ernesto r. Ageitos

MADRID

Elizabeth Clapés no empezó nada bien sus vacaciones. El primer día fue a cenar a un restaurante con su pareja... y acabaron en las Urgencias de un hospital con una reacción alérgica que les llenó el cuerpo de ronchas de color rojo. La cosa, por suerte, no fue a más. Según han explicado en un vídeo publicado en sus redes sociales, les pincharon en el culo —corticoides, posiblemente— y todo acabó en un susto.

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En declaraciones a Gastro SER, Clapés ha detallado que el plató con el que se intoxicaron fue un tataki de atún y que el restaurante está en las Islas Canarias, pero que prefiere no decir cuál es para evitar que alguien quiera hacerles daño.

Al compartir la experiencia en Instagram, muchos de sus seguidores les animaron a denunciar o a presentar una reclamación ante Sanidad. Pero Elizabeth Clapés, conocida como @esmipsicóloga en Instagram, donde cuenta con cerca de 450.000 seguidores, decidió que lo primero que tenía que hacer era acercarse al negocio en el que se habían intoxicado.

"Se puso a temblar"

"Los más afectados éramos nosotros, pero fuimos al restaurante a habar y nos encontramos a la dueña que llevaba trabajando ahí media vida. Cuando se lo dijimos, la pobre mujer se puso a temblar", explican emocionados. "Me tocaba los brazos y me decía: 'menos mal que estás bien'".

El tecnólogo de los alimentos Miguel Ángel Lurueña, autor del libro de divulgación Gominolas de petróleo, ha explicado en Twitter que la pareja sufrió una escombroidosis o intoxicación por histamina, algo que "ocurre cuando pescados como el atún se almacenan a temperatura demasiado alta" y las bacterias "descomponen las proteínas en aminoácidos". Se trata, según ha dicho, de "la intoxicación más frecuente por consumo de pescado", con síntomas como "urticaria, enrojecimiento de la piel, dolor de estómago, diarrea o náuseas, normalmente sin gravedad".

La histamina no se elimina con el cocinado

Según Lurueña, para evitarlo hay que "mantener el pescado refrigerado hasta su cocinado y consumo" porque la solución, en caso contrario, es bastante difícil, ya que la histamina no se elimina con el cocinado. "Además es relativamente fácil intoxicarse porque no altera demasiado las características del pescado", aunque "en muchos casos se puede notar porque produce un picor característico en la boca".

En el vídeo, la pareja explica que detectaron "muchísima preocupación por su parte" y que, después de revisar los comentarios de otros clientes del restaurante, llegaron a la conclusión de que era la primera vez que les pasaba porque todos los comentarios eran positivos. "La mujer descartó todo el atún de esa partida y nos dijo que iba a averiguar si se trataba de un error del restaurante, de la distribución o del proveedor".

"No podemos estar más orgullosos"

Así que, llegados a ese punto, decidieron cómo actuar: "Esta mujer no se merecía que fuéramos de malas a denunciar y liarla. ¡Lo pasó ella peor que nosotros! De hecho, cuatro días después hemos vuelto y hemos cenado estupendamente, igual que el primer día... ¡Salvo por el atún! Y al pedir la cuenta, ha venido y nos ha dicho —temblando y con los ojos llorosos— que lo mínimo era no cobrarnos. Que eso podría haberles perjudicado en el futuro, pero que por suerte estábamos ahí los tres... Por lo que no podemos estar más orgullosos de no haber tomado ninguna medida drástica".

Imágenes de la reacción alérgica producida por la histamina. / ELIZABETH CLAPÉS

En el vídeo, la pareja insiste en que es importante no tomar decisiones desde "la rabia" porque, lo que para ellos hubiera sido una queja, para la mujer era "el negocio del que lleva media vida comiendo toda su familia y vete a saber cuántas familias más". A pesar de su mala experiencia con la cena, de hecho, Clapés y su pareja han querido destacar la "bondad" de la señora, a la que han descrito como "una persona maravillosa".

La publicación, que supera los 50.000 me gusta en Instagram, cuenta también con más de 1.1000 comentarios. La mayoría de ellos, de hecho, dándoles las gracias porque "esto es lo que le hace falta al mundo, personas con empatía" o por haber actuado con responsabilidad cuando están "en juego el trabajo de muchas familias y el esfuerzo de toda una vida".

"Escupir el dolor"

Clapés, que reconoce haber vuelto a comer atún (con una ensaladilla) en su segunda visita al restaurante, señala a Gastro SER que su reacción ha gustado "porque es poco frecuente". Pero ella lo tiene claro: "La gente, en vez de gestionar que alguien le haya hecho daño, tiende a depositar todo su odio y a escupir su dolor contra esa persona".

La psicóloga ibicenca cree que "vivimos en una sociedad en la que está instalada el odio, más que la queja", y culpa sobre todo a "las redes sociales". En el ámbito gastronómico, de hecho, es muy habitual que haya haters que cargan contra todo lo que no coincide con su visión del asunto: las paellas, las croquetas, la cantidad de comida en los platos... Pequeños ejemplos como el suyo, sin embargo, pueden ayudar a que las cosas cambien.

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Carlos G. Cano

Carlos G. Cano

Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...

 
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