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Lapido: "Hoy vivimos mucho mejor y con más libertad que en épocas pretéritas y quien diga lo contrario... me voy a callar"

Entrevista a José Ignacio Lapido. El músico granadino nos presenta A primera sangre, su regreso discográfico en solitario. Once canciones, once poesías con una profunda carga política y social, en las que le canta al amor, a la belleza, a la melancolía, a la infancia y al paso del tiempo y, sobre todo, a la muerte.

Lapido: "Hoy vivimos mucho mejor y con más libertad que en épocas pretéritas y quien diga lo contrario... me voy a callar"

Lapido: "Hoy vivimos mucho mejor y con más libertad que en épocas pretéritas y quien diga lo contrario... me voy a callar"

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José Ignacio Lapido (Granada, 60 años) es uno de los mejores escritores de canciones que tenemos. 'A primera sangre' es su nuevo y noveno disco. Un título que viene del mundo de los duelos, duelos a pistola y a florete. "Cuando leí la expresión hace mucho tiempo me gustó porque tenía fuerza expresiva. Había dos tipos de duelo, el duelo a muerte que terminaba cuando uno de los dos contendientes palmaba y el de a primera sangre, que terminaba cuando uno era herido solamente. Y me gustó por su expresividad y porque yo siempre busco para los títulos de mis discos cierta polisemia, que el que compra el disco le dé su interpretación personal. Y tenía cierta analogía también con el ejercicio creativo, el hacer canciones o cualquier tipo de creación artística o literaria. Tiene algo de lucha, en mi caso, por ejemplo, con el silencio. El compositor musical lo que intenta es mejorar el silencio y ahí se establece una lucha también. Y en el caso de la letra de las canciones, también con el folio en blanco hay una lucha por mejorar la nada".

Portada de 'A primera sangre' / Cedida

A primera sangre es tu regreso en solitario después de seis años, aunque entremedias ha habido un disco de 091. ¿Seis años es mucho tiempo o es el tiempo justo y necesario?

En música pop, una eternidad. Hay carreras de música que han durado menos de seis años. Pero en este caso, mi anterior disco es de 2017, El alma dormida, e hice la gira posterior. Luego surgió la oportunidad de volver a la vida discográfica de mi banda de 091. Hicimos un disco en 2019 que se llamó La Otra vida y luego en 2020 vino la pandemia que desbarató todos los planes que cualquiera pudiera tener. Así que bueno, teniendo en cuenta que hemos estado prácticamente dos años que si hay una ola, que si otra... Yo tampoco quería hacer un disco, tiene mucho trabajo, aparte de hacer las canciones, grabarlas y lo que conlleva, yo es que tengo mi propio sello y autoedito mi producción y no quería salir con un disco y planear una gira sin tener la certeza absoluta de que eso iba a poder ocurrir. Realmente he hecho tres discos en seis años, no está mal la media.

Publicaste el disco hace una semana, en un fin de semana en el que en el que coincidiste con Luz Casal, que también ha regresado después de cinco años con material inédito, con Valeria Castro, Depeche Mode, Ana Mena, un EP de Rosalía y Rauw Alejandro, otro EP de Alejandro Sanz, por mencionar lo más destacado. Ya que tienes tu propio sello, te pregunto si influye el ver con quién coincidís y cuántas novedades hay ese viernes.

Yo sigo las novedades, todos los discos se editan en viernes, no sé exactamente por qué y sigo todos los viernes los lanzamientos que hay y es una barbaridad. Si yo me tengo que adaptar a los lanzamientos que hay, no los sacaría nunca porque salen 40 o 50 lanzamientos todos los viernes en España. Es una locura, yo creo que había un tapón después de la pandemia, había un colapso, gente que estábamos ahí esperando a sacarlo.

Según la nota de prensa, son "11 canciones que iluminan esos rincones secretos del alma. Un paso más en esa búsqueda de la canción perfecta". Cuando vi tu flow yo dije wow, canta Alejandro Sanz. Mi pistola no tiene seguro, se dispara sola, canta Rauw Alejandro. No sé cómo ves las canciones de hoy, si se acercan a esa idea que tú tienes de canción perfecta.

Qué malo eres, jajaja. Yo no soy quién para juzgar el trabajo de mis compañeros de profesión, lo que pasa que esos ejemplos de lírica que me pones, están bastante alejados de mi ideal de letra de una canción. Bueno, en la historia de la música popular, siempre ha habido una música que es más para entretener y de consumo rápido y otra que ha tenido una connotación más artística, ¿no? Desde que era pequeño se sabía cuáles eran los artistas de..., cómo te digo, antes se llamaban... bueno, no lo voy a decir. Tenían un nombre ese tipo de artistas y no había problema porque cada uno convivía en su mundo. Yo soy de la escuela del rock, del rocanrol y sabía que Lou Reed no era comparable a Los Pecos y que John Lennon no era comparable a Pedro Marín. Y entonces no había problema, pero ahora parece que hay una corriente. Yo he visto mucho artículo de prensa, a raíz del éxito de la nueva música esta, en los que periodistas y gente relacionada con la literatura le dan un valor que yo no se lo veo a este tipo de lírica. Incluso hablan de culteranismo y de cultismo y meten a Quevedo. Para mí es inexplicable, pero cada maestrillo tiene su librillo. Ya te digo que siempre ha convivido ese tipo de música.

"En mi mente ha empezado a sonar una canción de cuando no había nacido", repites en 'De cuando no había nacido'. ¿Cuáles son esas canciones y esos artistas que te han influido, te han inspirado, te han marcado de cuando no habías nacido?

Bueno, en esta canción hay una mezcla de reflexiones sobre el presente y recuerdos de la niñez. Entonces esas canciones quizá no eran de cuando no había nacido, pero sí de las primeras canciones que escuché cuando era muy pequeño y de los primeros discos que había en casa de mis padres, que eran unos discos de 45 revoluciones. Un álbum de esos que eran como fundas de plástico donde se metían los singles y lo tengo yo porque lo heredé de mi madre y y era un disco de Antonio Machín, de Los cinco latinos, de Gloria Lasso, de principios de los 60 y eso.

Venimos de hablar con Gustavo Rodríguez, Premio Alfaguara, por una novela que habla de la muerte, de la vejez, de la soledad, de los cuidados, de una muerte digna. Dice el escritor peruano que hay que hablar más de la muerte, que hay que hacerlo con frescura, con naturalidad, con sentido del humor. En esta canción en particular, pero en todo el disco en general, le cantas bastante a la muerte. ¿Se escriben pocas canciones sobre la muerte?

En la música pop, realmente el tema de la muerte apenas se toca, excepto en el matiz romántico, cuando en una canción el protagonista, el amante o la amada muere, pero la muerte como tal no se toca. Quizá en el mundo del folk sí. En el mundo del folk hay canciones dedicadas al momento de la muerte y en el mundo del blues también. Hay muchas canciones que hablan de la muerte y de lo que viene después de la muerte o de lo que creían ellos que venía después de la muerte. Y yo creo que lo has dicho bien. En este disco se ha tocado ese tema. Ya en discos anteriores lo había tocado, pero supongo que cuando uno es joven ve la muerte como algo tan lejano que no le interesa escribir sobre ello. Lo que pasa es que yo ya tengo una edad y quizá cuando uno tiene más pasado que futuro, es el momento de encarar este tipo de tema. En el caso de este tema que estábamos oyendo, 'Curados de espanto', creo que coincido totalmente con las palabras que has leído, que hay que hablar de la muerte con más naturalidad, porque la muerte es algo muy natural y yo creo que hay que desdramatizar, hablando desde el humor negro. Y en esta canción también hay una forma de celebración, de celebración de lo vivido y de lo que queda por vivir, aunque sepas que tu hora está cercana. Muchas veces las canciones no son autobiográficas, no significa que yo me sienta cercano a la muerte.

En 'Antes de que acabe el día' brindas por el fuego, por la rueda y la electricidad. ¿Por que brinda en la vida José Ignacio Lapido?

Cuando terminé el disco, porque tú vas haciendo canciones una por una y las tomas como una unidad aparte, pero cuando terminaba el disco y lo oí en su conjunto, dije: creo que me he pasado con los brindis, porque hay dos canciones que toco el tema del brindis. Bueno, yo creo que la lista de brindis que hay, por ejemplo, en Curados de espanto la asumo como propia.

Le cantas a la belleza y a la melancolía, al amor y a la muerte. ?Nos volvemos más melancólicos con el paso de los años?, ¿eres una persona nostálgica?

No, no necesariamente. Yo creo que hay que ser consciente del pasado y a mí me gusta mucho la historia. De hecho, la carrera que empecé a estudiar, que no terminé nunca, fue Historia del Arte y he seguido muy aficionado a todo tipo de arte. Y me gusta mucho leer sobre el tema del pasado, pero no significa que añore épocas pasadas. Porque te das cuenta de que no todo tiempo pasado fue mejor. Quizá en el terreno de la música donde yo me muevo, quizá ahí ya tendríamos cierta discusión sobre sobre esto que acabo de decir. Pero en general yo creo que ahora se vive muchísimo mejor que se vivía en épocas pretéritas. Sin duda alguna.

"Puede que la vida consista solo en esperar". Es una reflexión sobre el paso del tiempo. "Puede que los problemas se rindan ante las soluciones". ¿Tenemos poca paciencia hoy?, ¿no sabemos esperar? "No hay prisa por llegar", te escuchamos ya en El alma dormida.

Ahora vivimos tiempos vertiginosos, eso no cabe duda. En el mismo hecho de escuchar música, siempre hay excepciones, pero no se escucha la música como se escuchaba antes. Cuando era muy joven recuerdo que compraba un LP y lo ponía una vez, le daba la vuelta, leía las letras, veía a la portada, lo ponía otra vez y me tiraba las tardes así, poniendo discos. Ahora parece que vas con los cascos por la calle oyendo una canción. No te da tiempo a terminar un LP entero. A mucha gente se le hace un mundo, se le hace un mundo.

Hay demasiados estímulos.

Exactamente. Y bueno, el vértigo que da eso da pie a que a lo mejor no disfrutemos tanto, podríamos disfrutar más de menos cosas.

A veces nos pasan cosas buenas, a veces "se curan los males, se cierran las heridas y se abren de par en par cientos de ventanas. Algo me he perdido. No puede ser que todo sea tan bueno. Tal vez estoy muerto y he subido al cielo". ¿Nos cuesta valorar lo positivo, lo bueno que tenemos y nos recreamos en lo malo?

Bueno, la canción tira un poco de ironía. Estamos acostumbrados a oír malas noticias, en televisión o en la radio. Hay un acierto periodístico, corrígeme si no es verdad, que dice las buenas noticias no son noticia. Y si tú ves cualquier informativo, el 90% de noticias son desastres, guerras, accidentes, asesinatos, crisis financiera, todo horroroso. Esta canción tiene un poco de ironía y el protagonista de la canción plantea que le suceden cosas maravillosas y y luego en el estribillo reflexiona, dice quizá me he perdido algo, puede que sea un sueño y me haya perdido el quid de la cuestión.

Desde tu anterior disco en 2017, la libertad se ha convertido en trending topic. Es una palabra muy manida, muy desgastada. Acaba de terminar el Congreso de la Lengua en Cádiz y otro poeta paisano tuyo, Luis García Montero, el director del Instituto Cervantes, advertía de que "cuando se juega con las palabras, se manipulan, como con la palabra libertad. Libertad puede ser, en la cultura de la Ilustración, un deseo de vivir en sociedades que sean iguales. Y de pronto la palabra libertad en otro ambiente se usa como la ley del más fuerte o como la posibilidad, en el confinamiento, de salir a tomar cerveza por la noche sin preocuparse de poder contagiarle una enfermedad a tu abuelo o a tu abuela". ¿Qué es la tan reclamada libertad para ti?

Como si yo lo supiera. Luis tiene razón en una cosa: la corrupción del lenguaje. Yo creo que está a la orden del día. Y palabras que creíamos que toda la vida han significado algo ahora significan lo contrario. Y en política eso se da mucho, la corrupción del lenguaje. Te están hablando de una cosa que crees que tiene un significado, pero se pervierte el significado de tal manera que ya no sirven. El hacernos entender uno a otro se hace imposible porque se retuerce el significado de las palabras de tal manera que es papel mojado, no sirven para nada. La libertad, bueno, la libertad. Yo he tocado el tema de la libertad en muchas canciones y creo que la libertad básicamente es poder ejercer tu derecho pleno sin interferir en los derechos de los demás, una definición un tanto escolástica, pero no se me ocurre a otra. En cualquier caso, uno vive su libertad como puede. Y también va en consonancia con su dignidad y su ética.

Has dicho que vivimos mucho mejor que en épocas pretéritas, pero hay determinados señores que afirman que vivimos con menos libertad que hace 30, 40 o más años.

Pues será gente joven que no ha vivido épocas anteriores.

No tan jóvenes.

Vamos a ver. Aquí nominalmente hay unas libertades políticas que no existían hace 50 años. Evidente, ¿no? Y tenemos que estar orgullosos de haber conseguido los españoles que esa libertad permanezca. Lo que pasa que luego existen matices. Por ejemplo, esta ola neopuritana que ha venido de Estados Unidos con el tema este de la cancelación y todo eso, va en contra de la libertad de expresión más genuina. De Estados Unidos han venido muchas cosas a lo largo de la historia y algunas malas como en este caso. Aquí se nos ha pegado ese tema que en Estados Unidos realmente me parece un desvarío y una locura total, que es el retirar de las bibliotecas libros infantiles que se escribieron en el siglo XIX o XX por cierto tipo de lenguaje, vetar a autores porque utilizaban cierto tipo de no sé qué historia. Reescribir con un lenguaje más acorde a los tiempos. Eso es una amenaza a la libertad para mí, en un país democrático. Bueno, en los países que sucede, porque ya te digo que todo movimiento que viene de Estados Unidos tiene mucha capacidad de contagio. En Europa no es demostrable históricamente. Y a mí este tipo de movimientos me parecen un ataque no sólo a la libertad, sino a la inteligencia misma. Pero bueno, el que se diga que vivimos con menos libertad es que también son ganas de... no voy a decir la expresión no vaya a ser que me cancelen, jajaja.

Además de a la libertad en tu carrera, en este disco también le cantas mucho a la verdad. ¿Te preocupan estos tiempos de verdades tan absolutas como polarizadas, noticias falsas, hechos alternativos, posverdad?

Es algo tan maleable. La palabra verdad es una de las palabras que se retuercen con más como asiduidad, como una plastilina, que cada uno le da la forma que quiere. Yo tengo muchas dudas y pocas certezas. Y una de las certezas que tengo es que la verdad es muy maleable. Me preocupa que se utilicen falsedades notorias y se las encubra con cierta palabrería, te las envuelvan en un papel celofán de mentiras piadosas y las presenten como una verdad. Eso sí es preocupante. Pero bueno, yo creo que nuestra capacidad crítica está para eso. Muchas veces la gente lee los periódicos porque son de los suyos, ¿no? No para contrastar opiniones contrarias, no leo este o aquel porque no es de los míos y yo creo que es un ejercicio muy sano el hacer lectura, el conocer al enemigo, porque puede que también relativice tu certeza, tu certeza absoluta, ¿no? Y también creo que es muy sano el contrastar opiniones para estar más cerca de la verdad, que es siempre un terreno muy resbaladizo.

En la canción más política de todas -Nadie en su sano juicio- adviertes de que nos toman por tontos o por niños los políticos y el proletariado está anestesiado.

Esa canción es un retrato irónico o un paseo por esa fina línea que divide la locura de la cordura. Muchas veces llamamos locura a una percepción distinta de la realidad a la que nosotros tenemos. Pero se puede llegar a esa distorsión por diversos motivos: por una enfermedad, por alguna sustancia que hayas ingerido o por una manipulación adrede, como puede ser la que se utiliza muchas veces desde el mundo de la política, presentando realidad maquillada, embellecida. Hablar de Disneylandia cuando estamos en el infierno. A millones de adultos le hablas como si estuvieras contando un cuento de hadas. Eso es una distorsión total de la realidad. Yo creo que el poder debe tratar a su apoderado como adultos que somos y lo merecemos. A los niños se le cuentan cuentos, historias de elfos y de duendes. Pero a los adultos que nos digan la verdad y si hay problemas insolubles que diga mira, yo no puedo arreglar este problema. Hoy hay muchos de los problemas que ocurren en España, en el mundo, que no tienen una solución fácil, pero nadie se atreve a decir mira, esto no se puede arreglar. Eso sería tratarte como adulto. Si tienes un cáncer terminal, qué prefieres que te diga el médico, que te vas a curar o que te avisen deque no tiene solución. Yo preferiría que me dijera la verdad. En política creo que deberían de decirnos la verdad en ese aspecto y no pervertir la realidad.

 
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