El Celta reacciona tarde y se complica la vida

Vigo

El Celta reaccionó demasiado tarde. Y ya no le dio tiempo. Y todo porque a Iago Aspas, en el enésimo ataque de orgullo, decidió tirar del equipo cuando ya casi había entregado la cuchara con el 2-0 de Fekir en el 83. El único que creía en la remontada fue Aspas que empezó a sacar pases a Allende, Larsen y Hugo Álvarez para dejarles en ventaja. Pero hoy no era el día del disparo celeste. A la cuarta fue la vencida. Aspas se inventa un pase a la espalda de Pezzela que deja a Allende en mano a mano. Rui Silva salva el disparo pero Cervi transforma un mal remate en una asistencia de gol a Larsen. El noruego con la caña preparada en el área pequeña empujó a la red. Era el minuto 91. Demasiado tarde para intentarlo. Aún así la tuvo Carles Pérez en el 94. Pero salió cruz. Como el otro día contra el Rayo en el 96. El Celta tardo demasiado en reaccionar a los goles del Betis.

Los celestes hicieron unos primeros 45 minutos de dominio absoluto del balón pero mansos en el área rival. Apenas un disparo cruzado de Larsen que Rui Silva despejó. Muchísimas llegadas a tres cuartos, al borde del área rival pero con muy poco instinto para transformarlas en ocasiones. La buena noticia es que apenas sufría y acababa la primera mitad con un 0-0 que incluso era un alivio para los de Pellegrini. Los de Giráldez mantenían la portería a cero pero no eran capaces de hacer daño. Y ahí Pellegrini demostró que el que tuvo retuvo. El maestro de 70 años contra el imberbe aunque con barba alumno de 36. La entrada de Fekir para crear un núcleo duro de talento en el centro del campo y asistir a Isco fue clave. Bakambú con su velocidad tenía como misión buscar la espalda de Jailson. Y la cosa le salió bien y no fue capaz el Celta de contrarrestarlo. El primer gol del Betis es un ejemplo de lo que le puede pasar a un equipo que está 17º en la tabla. Permite en la banda derecha una doble pared y que Bellerín se meta hasta línea de fondo y, en un error grosero de Mingueza, concede al lateral izquierdo un remate solo en el punto de penalti. Y eso que estaba cerrando con defensa de cinco. La fragilidad y la mandíbula de cristal de un boxeador herido.

Dura derrota del Celta que, por lo menos, evitó que se cayese por dos goles de diferencia en la batalla por el diferencial general con el Cádiz. El 2-1 reduce el balance de daños aunque dependerá de lo que hagan sus rivales. Mañana juegan Rayo, Mallorca y Cádiz. Toca jornada de transistores con solamente tres puntos de ventaja con el descenso. Queda mucho por sufrir, mucho por hacer y por trabajar. Semana larga para Claudio Giráldez y para la plantilla que, después de dos partidos sin ganar, necesita hacerlo contra Las Palmas el sábado que viene.