El Celta pasa de celestial a infernal

Vigo

El Celta pasó del cielo al infierno en 7 minutos. 7 minutos que definen la fragilidad de un boxeador con mandíbula de cristal que, en vez de protegerse, se va a las cuerdas y acepta la corta distancia y el cuerpo a cuerpo con un rival de pegada muy superior. 7 minutos en los que encajó 3 goles. Del minuto 81 al 89 y solamente en tres acciones. No a la antigua usanza teniendo que tirar de épica el Barcelona con paradones del portero, colección de córners y faltas; no. No le hizo falta. El Barça solamente necesitó tres acciones para remontar el 0-2. Y Tapia en el banquillo alimentando la teoría celeste de “jugador en último año de contrato es carne de grada o de banquillo”. El Celta estaba cansado, ganaba 0-2 y, en lugar de protegerse, decide suicidarse. El Celta tiró por la borda los mejores 80 minutos de la temporada y el mejor planteamiento que se ha encontrado el Barça de Xavi enfrente como local. Benítez le iba ganando la batalla de la pizarra a Xavi. Le sorprendió con la posición de Bamba casi de interior por la derecha y dejando arriba a Aspas y Larsen. Un 5-3-2 flexible que buscaba intentar matar a la contra. Y le salió bien hasta el minuto 80.

Larsen adelantó al Celta en el minuto 18 con una extraordinaria finalización a asistencia de Luca de la Torre. Era el 0-1 y la licencia para soñar con puntuar en el Olímpic de Montjuic. Antes del descanso, Aspas, Larsen, Bamba y De la Torre perdonaron el 0-2 en cuatro acciones muy claras. Dos paradones de Ter Stegen y dos malas elecciones en el remate del costamarfileño y el americano. Era un mal menor para el Barcelona perder solo 0-1 al descanso.

En la segunda parte, el Celta se protegió y los culés intentaron irse arriba con todo. El cansancio empezó a hacer mella en los de Benítez y se empezaron a perder balones peligrosos. Una pérdida de Ristic posibilitó la ocasión más clara de empate con un mano a mano que falla Ferrán Torres por centímetros. Pero el Celta aguantó ordenado y no sufrió demasiado. Además a la contra tuvo varias jugadas para intentar marcar algún gol más. Bamba tuvo un par de ellas claras con un posible penalti y un remate que obligó a Ter Stegen a hacer una parada de película. El partido seguía pasando y, en el 75, Aspas vuelve a frotar la lámpara, ejerce de Tom Brady y asiste perfecto a Douvikas. El griego define a un toque como hacen los buenos delanteros. Mucho instinto. Golazo y 0-2 en el 76.Ver para creer.

Benítez decide mover ficha pero sorprende a propios y a extraños. Con el centro del campo muy cansado, decide sacar a Iago Aspas (la amenaza de los culés) para dar entrada a un pasivo Williot. Sorprendió que no se blindase con Tapia para ayudar a un Beltrán que empezaba a ver cómo Cancelo les estaba creando problemas por el medio.

Y la ecuación de miedo+cansancio+dudas+inexperiencia+falta de agresividad= remontada. 7 minutos negros que acaban en tragedia. Lewandowski aprovecha la cuarta asistencia de Joao Félix y, entre las dudas de Unai y la tardía salida de Iván Villar, acaba marcando en vaselina. Después llega el despiste de Beltrán y de Carlos Domínguez en la marca de Cancelo que, se mete en el área por la derecha y asiste a Lewandowski que empata.

Con 2-2 en el minuto 85 había que congelar el partido para llevarse por lo menos un punto. Pero este equipo no sabe hacerlo. O no supo. No tenía a nadie en el campo para tirar de sus compañeros. Y llegó la tragedia en el 89. Centro desde la izquierda y Cancelo le gana la espalda, cuál delantero centro, a Carlos Domínguez y marca el 3-2. Duro palo para un Celta que pasó del cielo al infierno, de la boda al funeral. Y todo en solamente 7 minutos.

El Celta de Benítez lleva solamente 4 puntos de 18 (peores números que el pasado año con Coudet) y la media de goles encajados es de 1,666 por partido. La inexperiencia y la falta de profundidad de banquillo se notan en aspectos como los goles encajados en el tramo final de los partidos. En el 68 te marcó el Almería el 2-2; en el 74 te marcó el Osasuna el 0-2. El Real Madrid te ganó 0-1 con gol en el 82 y el Mallorca te ganó en Vigo con un gol en el 85. El Barça te remonta un 0-2 en los minutos 81, 85 y 89. Eso dice muchas cosas de la inexperiencia y la falta de profundidad de banquillo. Otra cosa es que Luis Campos o la directiva lo quieran ver. Ahora toca pensar en el Alavés y ver de reojo los partidos de Almería y el Las Palmas-Granada para no llegar al partido del jueves y a octubre en descenso directo.