Mónica López: "No miro las audiencias, no me gusta sentirme un producto"

Pontedeume

La naturalidad es una de las grandes armas de Mónica López (Las Palmas de Gran Canaria, 1969), flamante protagonista de "Rapa", la serie que se ha ganado una posición de privilegio en Movistar Plus+ por su impacto en la audiencia, pero que también ha relanzado la autoestima de toda una comarca.

Ferrolterra, como ocurre desde la primera temporada, acoge la grabación de la tercera y última tanda de episodios de la producción, en marcha desde agosto y con fecha para el adiós en noviembre.

Su rodaje, todo un revulsivo para varios municipios de la zona, ha permitido exhibir a no pocos países los encantos naturales de los grandes espacios y de los pequeños rincones o edificios con historia de todo el entorno.

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Aunque sea de noche, su aparición no pasa desapercibida en la gran escalera del mercado de abastos de Pontedeume, donde la actriz irrumpe perfectamente maquillada, peinada y vestida, todo lo necesario para su personaje de la sargento de la Guardia Civil Maite.

No lo duda, propone al fotógrafo posar en la barra de la carpa habilitada para las fiestas patronales de la villa, que concluyen con una gran verbena de una de las principales orquestas de Galicia, la París de Noia, un evento que la tropa de "Rapa" aprovecha para sacar adelante una de las escenas esenciales de su despedida.

"Me han hablado tanto de la París de Noia que tengo mucha curiosidad, no quise mirar en YouTube", cuenta a la SER una Mónica López cada vez más gallega, por mucho que ella diga "qué más quisiera".

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Empapada de la idiosincrasia de una zona tan particular como el área de Ferrol, desea regresar cada cierto tiempo aunque concluya este proyecto, pero matiza que las "casas las tienen que comprar los gallegos y nosotros vivir en casa de gallegos".

Admite que la segunda remesa de episodios "ha ido muy bien" y que en ellos se empoderó "más", pues su papel "tenía más personalidad": "Disfruté muchísimo la segunda, y eso que estuve metida todo el tiempo en el Arsenal -Militar de Ferrol-".

Ahora bien, ese encierro en las instalaciones imprescindibles para la trama, en la que se resuelve un asesinato, posibilitaron que se divirtiese con "esas vistas que normalmente no se ven desde Ferrol" al ser un recinto castrense ajeno en gran medida a la vida cotidiana de la ciudad.

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Mónica López agradece la colaboración de la Armada, "pudimos hacer lo que quisimos", y confiesa que es "muy sufridora" y que es tras el rodaje cuando se da "cuenta" de lo que disfrutó.

En los tres últimos años "yo vivo para la Rapa que viene", matiza, ya que ha intercalado temporalmente sus grabaciones con trabajo teatral en Barcelona, pero en este curso más reciente ha podido centrarse en su labor en Galicia.

"Vamos a llorar lo más grande cuando se acabe", augura la actriz, que habla del "año mejor" para ella porque al iniciar la serie "volvía dos veces por semana a Barcelona por problemas personales" y con una obra de teatro en su agenda.

En cambio, los meses anteriores los ha dedicado a "navegar, ir a comer a Valdoviño..."; en definitiva, a conocer todavía más el lugar en el que ha vivido y en el que se ha emocionado con un papel que ya es un antes y un después en su carrera.

Y es que ahora "no estoy combinando trabajos y me puedo dedicar al 100 %" a la producción de Movistar Plus+ y Portocabo: "Soy muy feliz en esta tercera temporada; solamente conocía Ferrolterra, no necesitaba mucho más, pero ahora estoy viviéndolo más".

Reconoce López que la relevancia de su Maite va a redundar en que pueda "escoger un poco más"; quizá le lleguen más propuestas, pero matiza que le "pilla ya gata vieja" y que es conocedora de la realidad: "Esto llega y se va igual de rápido, voy a disfrutarlo y aprovechar el tirón; lo que dure, duró".

Lo tiene claro, como el hecho de que no quiere estar pendiente de los datos, del seguimiento de "Rapa", por mucho que su difusión en una plataforma alejada de la televisión convencional pueda ayudar a esa relajación: "Noto en mis compañeros que miran las audiencias, yo no, por ingenuidad o pasotismo".

Si las analiza, detalla, "me siento más producto que obra artística; no me gusta sentirme producto, sabiendo que lo somos, no quiero ser esclava de eso porque no es mi trabajo".Con el final de "Rapa" en el horizonte, Mónica López avanza que hará teatro en Madrid tras formar parte del elenco del clásico "Las amistades peligrosas", adaptado por Teatre Lliure como "Les amistats perilloses".

Recibió el encargo de sumarse a una obra sobre Carmen Díez de Rivera, figura política de la Transición, y se muestra "encantada" con ese reto: "A Madrid iba con cosas de Barcelona, ahora voy a estar allí, en el Teatro Español".

"Estoy nerviosa porque va a ser un desembarco, es un personaje fascinante", apostilla la intérprete, que desliza alguna de las claves de lo último de la serie rodada en Ferrolterra: "Va a haber cosas buenas y malas, una terrible, una buenísima".

Por ejemplo, que a su personaje "le va a pasar algo" que le ayudará a confirmar que la "vida es muy corta y hay que disfrutarla"; le van a "pasar muchas cosas", tantas como su estancia en Ferrolterra le dejará como poso tanto a ella como a los vecinos de la comarca.