Los negocios de Pablo Iglesias, hartos de obras y deseando que las pérdidas y molestias a los clientes merezca la pena

Gijón

Un equipo de Hoy por Hoy Gijón ha recorrido este jueves la Avenida de Pablo Iglesias. Pr el camino vecinos que sortean los obstáculos de la obra y comentan el estado de las baldosas que ya están colocadas en uno de sus tramos. "Estamos viendo todos los defectos que hay, baldosas mal colocadas, rotas ya", dice uno de ellos. "Cuando terminen con aquella acera volverán aquí a colocar otro cable", responde su amigo muy escéptico con la idea de una entrega perfecta de la obra. "Los negocios con terraza no van a ser indemnizados ni nada de nada". exclaman poco después. Punto que confirma en los estudios de SER Gijón el concejal de Infraestructuras Urbanas y Rurales Gilberto Villoria: "No habrá indemnización si se concluye en plazo la obra" y aporta la fecha límite del 9 de abril porque "de no cumplirse, se cobrará a la empresa que las realiza una penalización por cada día que se extienda".

El edil hace otra promesa, en este caso a los hosteleros: "La semana que viene todas las terrazas preexistentes de la acera norte recibirán una notificación para poder reabrir", aunque la noticia trae matices como que "no podrán instalar mamparas ni los elementos fijos y deberán retirarse cuando sea necesario seguir con la obra hasta el día 8 para, por ejemplo, plantar un árbol".

En el Café Copas, su propietario David Solana, lleva con resignación haber perdido los beneficios que le daba su terraza, que se vio obligado a desmontar el 9 de junio. "La gente esquiva las obras, se van a otras calles" y habla de un perjuicio económico no sólo derivado de la retirada de las mesas instaladas en el exterior sino por el gasto que le ha supuesto alquilar un trastero donde guardar los elementos fijos de la terraza.

No muy lejos, también en la acera norte, en la que ya se están poniendo las nuevas baldosas, se encuentra el negocio de equipamiento deportivo especializado en balonmano de Silvia Magdalena. "En las fechas de Navidad aún estaban echando el cemento, una odisea para entrar porque cada vez que llegaba un cliente era un barrizal dentro". Ahora pide que le pongan la baldosa que falta para que se pueda acceder al negocio sin tropezar. Se muestra contenta por el avance de una reforma que considera necesaria, confía en que ganarán más clientes con el ensanchamiento de la acera.

Mucho más le falta para tener la ansiada acera renovada frente a su negocio al sastre Jorge Díaz. "Ahora no es el peor momento, pero prevemos otro malo: la sustitución de la acera, va a volver el tiempo sin paso de gente por la calle" y continúa recordando cómo los obreros les ponían un tablón para acceder "pero era hasta peligroso" reconoce y eso que gracias a su veteranía, tras 30 años de trabajo, sus clientes les contactan con cita previa y no dependen tanto del paso del público.

La clínica de fisioterapia de Laura Solar trata a algunas vecinas que acuden a causa de los esguinces sufridos por tropezar en las obras. "Estamos ya muy hartos", exclama y pide más información sobre el avance de unas obras que le han traído sobre todo mucha suciedad a su clínica que aún así mantiene un aspecto impoluto.