Los tres misterios del juicio al procés

Madrid

El juicio del procés tiene tres actividades diarias que no trascienden a la prensa ni al público. No se trata de falta de transparencia sino de preservar la intimidad de sus protagonistas

Para empezar el traslado de los nueve presos se produce todas las mañanas desde la primera planta del edificio, donde tienen asignada una sala muy amplia en la que comen, hasta la sala de vistas. Este traslado, custodiado en todo momento por varios funcionarios de policía, se realiza sin que los medios de comunicación puedan verlo ya que se despliega un biombo verde en las inmediaciones del pasillo que da a la sala de vistas. No hay nada que ocultar, explican fuentes policiales, pero se trata de preservar la intimidad durante estos traslados a la entrada o salida de los procesados que permanecen en prisión. El "apagón informativo" a penas dura unos minutos, lo suficiente para que los imputados suban la escalera interna del Supremo y ocupen su localidad en la sala de enjuiciamiento. Cuando llegamos a este salón de plenos ya están sentados y esperando la entrada de los familiares para saludarlos.

Otra de las zonas reservadas es la de las dependencias donde los magistrados almuerzan después de la sesión matinal. Un servicio de catering de una cafetería cercana al Tribunal Supremo suministra a diario la comida para los siete magistrados y parte del personal adscrito a la sala. Los jueces comen todos juntos y aprovechan para comentar algunas cuestiones de orden sobre el juicio, mientras se preparan para la sesión vespertina.

El tercer misterio para los informadores son las dependencias que ocupan los procesados mientras esperan el inicio de la sesión diaria. Una salita conocida como la rotonda alberga espacio suficiente para que cada uno pueda con comodidad comer y descansar antes del inicio de la vista oral. Las dependencias están situadas en la primera planta del edificio, frente al parque de la Villa de París y disponen de un acceso privado a los baños que permanece oculto al tránsito de los funcionarios. Desde allí son trasladados a la sala de vistas y por la tarde cuando regresas de la sesión vespertina se encuentran con las bandejas de comida casera. En estas dependencias los abogados pueden mantener un encuentro con sus clientes, siempre con la discreción que ampara preservar su intimidad. Tres misterios desvelados que acompañan a diario las sesiones de este juicio público.