"Vi el dinero fácil y me puse a trabajar"
Hablamos con varios jóvenes que han abandonado los estudios
España sigue siendo el país con mayor porcentaje de abandono prematuro de la UE / GETTY IMAGES
Madrid
Para ellos este fue el primer mes de septiembre desde que tienen memoria que no volvían a clase. Reunimos a varios jóvenes en un parque en el centro de Madrid. No se conocen, pero en tan solo unos minutos se dan cuenta de que tienen mucho en común, y no sólo la edad, esos 16 ó 17 años.
'Vi el dinero fácil y me puse a trabajar'
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Para Elena, un trabajo de unas horas este verano en una perfumería ha sido el empujón definitivo para dejarlo. "No me gustaba estudiar, tampoco se me daba bien. Vi el dinero fácil y me puse a trabajar", asegura. En el caso de Laura, a la falta de una vocación clara se sumó el no saber por dónde tirar. "No lo tenía claro entre tantas ramas y empecé a trabajar", explica.
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Para ella, la salida prácticamente inmediata ha sido la hostelería y, aunque no tenía claro qué itinerario elegir, en lo que no tiene ninguna duda es en lo que le espera a corto plazo. "Son trabajos de mierda, son curros que no necesitan estudios, que puede hacer cualquiera y no eres imprescindible", admite resignada.
En casa ya lo veían venir, pero había que decirlo. "Lo pasé peor que ellos, sentarme a decir que no quiero estudiar más era duro, pero era mejor eso que estar pasándolo mal en clase", comenta. Después de ese momento, el alivio de haber tomado la decisión, llegan también los miedos.
Chema Salguero, orientador en un instituto con más de 1.000 alumnos, conoce bien esa sensación. Los amigos, las compañías, son fundamentales. Pero él tiene la responsabilidad de abrirles otros caminos, darles salidas para que el abandono no sea la opción. Y en cualquier caso, dejar siempre una puerta abierta. "Lo que es importante siempre es que haya caminos e itinerarios alternativos para engancharlos de nuevo, por ejemplo, personas de 30 años que inician ciclos medios", asevera.
Porque nunca es tarde y no todos -nos dice sonriendo- serán ingenieros, aunque los padres se empeñen. Para algunos este septiembre no fue el de la vuelta a clase. "Será como verano pero trabajando por las mañanas, así es la vida de adulto", bromea.
