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Los cien días de Pedro

Sánchez cumple 100 días desde que ganó la votación para liderar el PSOE entre quejas por su "superficialidad" y apoyos "por frenar la caída del partido"

El nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez

Cuando nadie daba un duro en el PSOE por Pedro Sánchez, Pedro Sánchez acudió a una empresa especializada que le hizo un análisis DAFO, con el que se miden los puntos fuertes y las debilidades de un político. Quería presentarse a las primarias aunque pocos confiaran en él. Luego el tablero cambió, Rubalcaba se fue y los militantes votaron a su nuevo secretario general en una consulta sin precedentes de la que hoy se cumplen 100 días. En este nuevo tiempo, el partido ha alejado (o aplazado) las luchas internas y parece haberse puesto de acuerdo en dar un margen a Sánchez para que construya su liderazgo. Aunque existen quejas: varios dirigentes lamentan la "superficialidad" del secretario general, cuestionan "las ocurrencias que luego debe corregir" o la "ansiedad" por estar en todas partes. Otros, sin embargo, defienden que "ha recuperado espacio para el PSOE y está frenando la caída electoral". Eso lo dirá el CIS del mes que viene, que pondrá las primeras notas.

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De Sánchez se dicen básicamente dos cosas en el PSOE: que empezar no es fácil y que ha tenido prisa en darse a conocer. De manera que lo que muchos presentaban antes como una virtud, la inexperiencia del nuevo líder, creen ahora que es un defecto. "Veo mucha precipitación y poca reflexión", apunta un parlamentario veterano que, como casi todos los consultados, recrimina las declaraciones de Sánchez -que él rectificó- sobre los funerales de Estado para víctimas de violencia de género o la supresión del ministerio de Defensa. "Fueron dos errores de bulto, pero los enmendó. Los equipos son nuevos y es injusto ser tan severos, sobre todo si se tiene en cuenta de dónde venimos y cuál es la reacción de las bases cuando ven a Pedro, entusiastas con la nueva etapa", rebate un integrante de la dirección.

"Está adquiriendo visibilidad y empaque, aunque necesita más experiencia y equipo", comenta un secretario general. "Hacía falta darle a él toda la proyección, que se le viera y se le conociera", añade otro miembro de la ejecutiva que recupera el debate -aún vivo en el partido- sobre si debió llamar a Sálvame para anunciar su posición sobre el maltrato animal.

"Intenta consolidar su liderazgo rodeado de comunicólogos, que le dan más importancia al impacto del mensaje que al mensaje en sí. Por eso, crea una imagen muy superficial", sostiene un miembro del partido que avisa de que, para traducir la simpatía en votos, debe tener "fuerza y discurso suficiente". En el equipo de Sánchez discuten esa falta de fondo de la que muchos hablan y recuerdan los ejes de los cuatro meses que lleva de mandato: la propuesta de reforma constitucional para Cataluña, que heredó de la etapa de Rubalcaba, y la lucha contra la corrupción (con la expulsión de los militantes que usaron las tarjetas de Caja Madrid, la publicación de las cuentas y el código ético o la propuesta de dedicación exclusiva de los diputados, que enervó a varios de ellos).

"Está cumpliendo con las expectativas y, además, en el momento político en el que estamos, no es sólo Pedro el que se examina, es todo el PSOE", advierten en Ferraz. Añaden algo más: "En todas las encuestas que se publican se ve un crecimiento del voto socialista, y eso es sobre todo por el nuevo líder". Las encuestas, sin embargo, no hablan de un gran despegue del PSOE, al que sigue Podemos de cerca. "Es que nadie tiene que esperar un ascenso fulgurante. Esto será poco a poco, porque hay un factor por la izquierda que impide cualquier irrupción al alza de Pedro, y eso es Podemos", reconoce un dirigente territorial que fue uno de los que planteó a Sánchez que no había que "atacar de frente" a la formación de Pablo Iglesias porque entonces salía beneficiada. En efecto, el secretario general del PSOE dedica ya otro tono y menos tiempo en sus intervenciones a criticar el "populismo", que es la expresión con la que siempre se ha referido a Podemos.

La manera de enfrentarse a Podemos, precisamente, centró el debate del primer comité federal del PSOE, con el secretario de Organización de Andalucía marcando distancias con el discurso de Sánchez. Este lunes, los periodistas preguntaron a César Luena, número 2 de los socialistas, por las últimas declaraciones de la presidenta andaluza, Susana Díaz, y él aseguró que existe "plena sintonía". A Sánchez le acusaron, cuando llegó al puesto, de estar tutelado por la federación andaluza, donde obtuvo un tercio de sus apoyos. En estos cuatro meses, sin embargo, la presidenta de la Junta no ha interferido en sus decisiones, según varias fuentes. "El núcleo duro -dice un colaborador de Sánchez- lo forman Pedro, Luena y Antonio Hernando. Después tiene varios asesores y escucha a mucha gente".

Sánchez, que ha mantenido ya varias conversaciones con Rajoy, defenderá este martes la posición del PSOE contra los presupuestos del Gobierno. Lo más inmediato es liderar el partido pero en su horizonte está llegar a la Moncloa, por lo que cuida el perfil de futuro candidato. Aunque en eso ocurre lo que ha ocurrido siempre en el PSOE y circulan ya todo tipo de especulaciones: que su carrera dependerá de las municipales, que todo está en cómo se resuelva la crisis en Cataluña, que a ver qué dicen los barones. Pero eso, lo de las especulaciones entre los dirigentes de un partido, no cambia ni en cien días ni en una vida entera.

 
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