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Dos hermanastros, libres 30 años después de ser acusados de violación y asesinato

Las pruebas de ADN han exonerado a los dos presos diagnosticados como discapacitados intelectuales

Los dos hermanastros condenados a la pena de muerte y cadena perpetua antes de quedar libres.(Reuters)

Las pruebas de ADN han puesto punto final a 30 años de prisión. Los hermanastros Henry McCollum, de 50 años, y Leon Brown, de 46, ambos discapacitados y de origen afroamericano, fueron condenados por la violación y asesinato de una niña de 11 años, Sabrina Buie.

Tras los resultados, se ha podido saber que los condenados no eran los culpables y ya han sido puestos en libertad, a raíz de la decisión del Tribunal Superior del Condado de Robeson. Los delitos se cometieron en las zonas rurales de Carolina del Norte, y por ello cumplían una pena de condena perpetua y otra a muerte.

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Ahora las pruebas de ADN implican a otro hombre cuya participación había sido descartada por las autoridades, a pesar de que vivía en una zona muy próxima al lugar donde se encontró el cuerpo de Buie y que estaba en la cárcel por haber cometido violaciones y asesinatos de similares características en la misma época.

Los resultados exoneran a los dos presos de cualquier enlace a material biológico recogido en la escena del crimen, que entraron en la cárcel cuando tenían 15 y 19 años de edad. Desde 1983, momento en el que se cometieron los delitos, el abogado de uno del preso McCollum, Ken Rose, siempre ha luchado porque su cliente fuera puesto en libertad; además de señalar que tanto su cliente como el preso Brown han sido diagnosticados como discapacitados intelectuales.

"Es aterrador que nuestro sistema de justicia permitiera que dos niños con discapacidad intelectual fueran a la cárcel por un crimen en el que no tenían nada que ver con, y sufrir por ello durante 30 años. Es imposible poner en palabras lo que estos hombres han pasado por y lo mucho que han perdido", ha afirmado el abogado.

También ha salido a la luz que ambos jóvenes finalmente admitieron unos crímenes debido a la presión policial del departamento Red Springs, una pequeña ciudad en el sur de Carolina del Norte que cuenta con 3.000 habitantes. También se ha confirmado que el departamento reunió confesiones falsas que firmaron los adolescentes tras horas de interrogatorios; además de tener cajas ocultas con evidencias cruciales en su oficina desde el momento de la prueba de los chicos en el año 1984 hasta el mes pasado.

 
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