Sébastian Andrés (Nomacorc): "¡Ojalá inventemos un tapón que haga buen vino!"

Dice Sébastian Andrés (Tours, Francia, 1974) que resulta difícil calcular cuánto vino se embotella al año en España, pero sí tiene claro que en 2014 más de 150 millones de botellas llevarán un tapón Nomacorc, la empresa estadounidense que lidera el sector de los tapones sintéticos y en la que él trabaja como director comercial para España y Portugal. "Se inventaron para evitar que, al abrirlas, muchas botellas supieran a corcho", explica. Según sus cálculos, y a pesar de que describe al sector del vino español como "un mundo muy tradicional", Nomacorc ha alcanzado ya un 13 % de la cuota de mercado. De hecho, si a sus tapones les sumamos los de la competencia y los de rosca, obtenemos un dato sorprendente: del total de botellas producidas este año, una de cada cuatro no llegará a descorcharse nunca.

Imagino que si te sientas a la mesa con un productor de corcho, saltan chispas...

[Risas]. ¡Depende!

¿Ya ha sucedido?

Ha pasado, sí. Procuro hablar solo de nuestro producto pero si existimos es porque el corcho ha dado problemas, y eso hace saltar chispas, efectivamente.

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¿Cuándo fue la última vez que abriste un botella de vino que tuviese sabor a corcho?

Hace dos semanas, con compañeros de Nomacorc. Y no es que nos alegráramos pero eso da sentido a lo que hacemos...

¿Qué ventajas tiene un tapón sintético?

Cuando un vino sabe a corcho es por una molécula llamada TCA, presente en algunos tapones. Los nuestros, totalmente sintéticos, no tienen TCA ni sabor a corcho. No se rompen nunca y no arrojan partículas de polvo. Pero la gama de Nomacorc no incluye un solo tapón: los hay de varios tipos para que puedan usarse como herramienta enológica.

¿En qué sentido?

Lo último que un bodeguero hace con su vino es ponerle un tapón y, si no escoge bien la permeabilidad, puede echar a perder el trabajo de todo un año. Todos los cierres son algo permeables, todos dejan pasar oxígeno. La clave es elegir bien cuánto.

¿Alguna otra ventaja?

¡La fiabilidad! El corcho está muy bien pero, al ser un producto natural, también es heterogéneo. Los tapones de Nomacorc son todos iguales.

¿De qué están hechos?

Hasta enero, todos eran de bioetileno de baja intensidad, el plástico más común, el mismo que se usa para bandejas de productos alimentarios. Un plástico neutro, que no aporta ningún sabor ni ningún aroma, y que es 100 % reciclable. Pero ahora contamos con un nuevo tapón: el Select Bio, con huella de carbono 0 porque es de biopolietileno y ya no se saca del petróleo sino de la caña de azúcar.

Si todos son ventajas, ¿por qué no lo están usando ya todas las bodegas del planeta?

Porque este sector es uno de los más tradicionales. El español, en concreto y sin querer ofender a nadie, quizás sea el más tradicional del mundo. Además es un país productor de corcho y hay reticencias. Pero en EE UU Nomacorc vende alrededor de 800 millones de tapones al año. Casi un tercio del total de las botellas llevan nuestros tapones.

¿Los bodegueros españoles se resisten más que los franceses?

Más que los franceses y más que los italianos.

Eso explica que muchos bodegueros reserven los tapones sintéticos o de rosca para las botellas destinadas a la exportación...

Los de rosca, sobre todo, se usan solo para exportar, pero cada vez con vinos de más calidad y más precio. Los sintéticos, de todas formas, ya han demostrado que pueden usarse en vinos de guarda. Es cierto que la gente, si no sabe mucho, va al corcho, pero a medida que la gente nos conoce, nuestra cuota de mercado va aumentando. Y no solo con vinos baratos. Ya hay blancos y rosados de alta gama que se tapan con sintéticos.

¿A qué ideas preconcebidas sueles enfrentarte?

Me da la sensación de que el mercado español está a la espera de instrucciones. Muchas veces no es el enólogo de la bodega quien elige, sino el importador o la cadena de distribución.

¿Hay alguna botella con tapón de Nomacorc bien valorada en las guías de referencia?

Recuerdo un vino de la Bodega López Cristóbal, de Ribera del Duero, que ganó el premio al mejor tinto joven hace dos años y que, aún hoy, sigue ganando premios...

¿Dirías que hay una pequeña revolución tecnológica pendiente en el mundo del vino?

Ahora están de moda los vinos naturales, sin sulfuitos... La gente puede probar y quedarse con lo que más le guste. Al final todos queremos ofrecer una mejor calidad. En el caso de Nomacorc, lo único que ofrecemos es una permeabilidad para que el vino se mezcle con el oxígeno. ¡Ojalá inventemos un tapón que haga vino bueno!

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