Anne Hidalgo: "La socialdemocracia debe de dar la palabra a los ciudadanos"

En entrevista con la Cadena SER a su paso por España, la socialista Anne Hidalgo (San Fernando, Cádiz, 1959) hija de inmigrantes españoles y alcaldesa de París, defiende la vigencia de la socialdemocracia y de los partidos tradicionales, a los que pide pedagogía y transparencia.

PREGUNTA: ¿Cree usted que los recortes del gobierno de Manuel Valls le pasarán factura electoral a los socialistas, como ocurrió en España con el PSOE?

RESPUESTA: Yo no estoy aquí para comentar lo que está pasando en el Partido Socialista francés o en Francia. Yo creo que hoy en todo gobierno de Europa hay necesidad de luchar contra los déficit, porque es un tema muy importante que pesa mucho en el desarrollo de nuestras economías. Por supuesto yo estoy en contra de una política de austeridad, la austeridad no es un proyecto político ciudadano ni un proyecto de desarrollo, y eso se ve en crisis como la de Grecia. Yo estoy a favor de que Europa sea un territorio en el que se invierta mucho más en el porvenir, en el desarrollo de las infraestructuras... Hoy Europa no está en este papel, por la política llevada por Merkel, aunque esta esté ahora un poco atenuada por la presencia del SPD dentro de la gran coalición, lo que ha traído temas nuevos como el salario mínimo, temas que no existían en Alemania. Pero lo que se está planteando hasta ahora en Europa no puede ser un proyecto ciudadano, y además es algo que puede debilitar a las democracias. El tema es cómo gestionar mejor el dinero público. En parís, yo digo que cada céntimo de euro que gastamos tiene que ser útil para los habitantes, pero también cómo se guardan márgenes para poder invertir y preparar el mañana para el empleo, la educación, etc. Así que hoy en Francia estamos buscando ese camino. No es fácil, y es normal que haya debate, si no, no sería democracia. Pero yo creo que estamos todos buscando este camino hacia una mejor gestión de los presupuestos públicos sin estar en una Europa de austeridad que nadie quiere. Los ciudadanos ya lo han demostrado en la última elección europea.

P: Parece que los únicos socialistas españoles que triunfan lo hacen en Francia, ¿qué análisis hace de la situación del PSOE en estos momentos?

R: Bueno, ha habido épocas en las que los socialistas franceses veníamos a ver a los socialistas españoles y ellos ganaban y nosotros perdíamos. Así es la vida de los partidos y la democracia. Yo creo que el proceso de primarias de este fin de semana para elegir al presidente del PSOE es un buen proceso, hay que darle la palabra a los militantes. Le agradezco mucho a Alfredo Pérez Rubalcaba, porque es una persona que ha sabido llevar los asuntos del partido y también los asuntos de estado de manera honrada y recta. Es amigo mío. Yo creo que hoy el PSOE está pasando un momento difícil, como lo pasamos nosotros después de 2002. Recuerdo que en aquella época veníamos a ver lo que pasaba aquí, y estaba Rodríguez Zapatero con el relevo, y todos los socialistas europeos miraban para España. Este momento volverá seguramente.

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P: ¿El socialismo debería reorientarse mirando a la izquierda o al centro?

R: No creo que el tema se plantee así. Creo que hay que tener valores de igualdad, libertad, democracia, solidaridad. Hoy no veo ningún partido que no hable de la economía y del apoyo a las empresas. Hoy hay pragmatismo, ya sabemos que gobernar es muy difícil. Se puede ser progresista en temas sociales, de discriminación, de inmigración, y también en los temas económicos. Algunos piensan que la socialdemocracia está muerta. Está en crisis, porque en Europa no hemos tenido la oportunidad de tener al mismo tiempo en distintos países grupos políticos fuertes para hacer una política socialdemócrata. Pero yo creo que las ideas no están muertas. Jean Jaurres, que fue uno de los grandes pensadores del socialismo en Francia, decía que hay que ir del ideal a la realidad. Yo creo que ese es un tema de gran actualidad, y eso lo dijo a principios del siglo XX.

P: ¿Quizá esa dificultad de ir de lo ideal a lo real es lo que aquí en España ha provocado el fenómeno Podemos?

R: Sí, y en otros países lo vemos con distintas formas. Pero la tensión entre lo ideal y lo real siempre estará presente cuando se trata de actuar, gestionar, estar en la realidad política y gobernar. Estos movimientos hay que prestarles mucha atención, pero también hay que darles más la palabra a los ciudadanos, y la capacidad para analizar los problemas, para que la gente pueda decidir sin ser manipulada. No hay ninguna solución sencilla en este mundo complejo. Una vez sabido esto, hay que buscar el diálogo, las ideas, las soluciones. Nadie tiene la verdad, ni siquiera esos movimientos.

P: En Francia en cambio ese cansancio de los partidos tradicionales ha llevado al éxito del Frente Nacional en las elecciones europeas. ¿Cree que hay riesgo de que lleguen a llegar a la segunda vuelta en las presidenciales, como ya ocurrió en el 2002?

R: Pasar a la segunda vuelta no lo veo. Hay riesgo, y ya lo vimos en 2002, cuando el partido socialista no estuvo en la segunda vuelta. Lo que está ocurriendo es debido a la crisis, a gente que está sufriendo y busca soluciones, y algunos les dicen que la culpa es del extranjero. Pero no hay solución fácil, sencilla. Los partidos tradicionales tienen que hacer mucha pedagogía, abrirse mucho a la ciudadanía, a los movimientos sociales. Se necesitan los partidos, la democracia directa no es la solución, pero los políticos tienen que hacer que se les respete: no a la corrupción, transparencia total de actos y decisiones, para que la ciudadanía pueda elegir sabiendo lo que elige. Se necesita mucha educación, mucho trabajo con la ciudadanía para salir de esta crisis democrática. Yo le tengo confianza a Francia. Un país en el que el primer ministro es catalán y la alcaldesa de París es andaluza no es un pais racista. Hay gente con ideas extremistas, y momentos en los que la gente le teme a la política. Esa gente finalmente habla más fuerte que los otros, así que nosotros tenemos que hablar más fuerte, los demócratas, sean de izquierda o de derecha.