El eco de la Creedence retumba en las montañas de Gredos

Dos detalles marcan la diferencia del festival Músicos en la Naturaleza respecto a otros festivales: por un lado, el amplio rango de edades de los asistentes -desde niños a sexagenarios- y, por otro, el marco donde se celebra, la Finca Mesegosillo, en el límite del Parque Regional de la Sierra de Gredos. Un espacio rodeado de árboles y de montañas donde, si el olor a cinta de lomo lo permite, se respira pino. En la edición de este año, el protagonista era John Fogerty, líder de Creedence Clearwater Revival, que no defraudó a los asistentes y centró su repertorio en la mítica banda. Rosendo hizo lo propio y también recordó al Leño que hay en él mientras Rebeca Jiménez recibió al público con su cálida voz.

"Es un placer para mí estar aquí hoy y compartir escenario con Rosendo y el gran John Fogerty. Además, yo soy de aquí, soy de Castilla y León, y este es un sitio muy especial para mí. Hay pocos sitios tan bonitos como este para hacer un concierto", así se presentaba Rebeca Jiménez, todavía de día, en un festival en el que se podía ver a niños bailando con sus padres al final del recinto y que, efectivamente, tenía de fondo el mejor decorado que cabía esperar en Gredos: miles de pinos y las montañas al fondo. La segoviana repasó algunas de las canciones de su último disco, Valiente, mientras la zona del público comenzaba a llenarse y la cola de los bocatas se hacía cada vez más larga.

Cuando Rosendo salió al escenario la media luna ya se dibujaba perfectamente en el cielo. Vaqueros, camiseta y, lo más importante, guitarra en mano, el de Carabanchel dejó patente una vez más la vergüenza torera que siente al ver la situación actual. Pero, como no todo son sinsabores, también recordó sus tiempos en Leño con canciones como Flojos de pantalón o Sorprendente, que el público coreaba como si de auténticos himnos se tratasen, una escena que también se repitió con temas como Agradecido, Maneras de vivir y Masculino singular.

Pero el protagonista de la noche venía de California, aunque su camisa de cuadros, su pañuelo al cuello y, sobre todo, su música, recordase más a Texas. John Fogerty comenzó fuerte con Travelin' band , uno de los muchos éxitos de Creedence Clearwater Revival. A partir de ahí los recuerdos se sucedieron como sus cambios de guitarra. Fortunate Son, Born On the Bayou, Who'll Stop the rain, Down on the corner... apenas daba tiempo a coger aire entre canción y canción. Eran clásicos. Todas. Y es que la carrera de los Creedence fue corta -cinco años escasos, de 1967 a 1972- pero está llena de éxitos. Por eso no es de extrañar que el propio Fogerty asegure que "la Creedence Clearwater Revival fue la mejor banda de la historia tras los Beatles", una afirmación tan poco modesta como certera.

No es fácil sobrevivir a un pasado brillante pero Fogerty lo ha hecho más que dignamente. Su vitalidad durante las dos horas de concierto, no tiene nada que envidiar a la otras satánicas majestades de su quinta que, como él, siguen al pie del cañón. Su forma de mover los dedos a la guitarra le hacen merecedor del puesto número 40 en la lista de Rolling Stone de mejores guitarristas de la historia y su hijo, que le acompaña en esta gira, parece haber heredado las mismas cualidades. Pero la sombra de los Creedence siempre está ahí y continuamente una pantalla proyecta imágenes del joven Fogerty en el grupo.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

"I love you, Spain, I love you, Ávila. God bless you", se despide Fogerty, y empiezan a sonar las primeras notas de Proud Mary. Es entonces cuando te das cuenta de que lo que acabas de ver es historia viva de la música.