El PSOE busca la salida al desconcierto

"Nunca unas europeas han hecho caer al secretario general", se oía decir en Ferraz antes de que el PSOE rompiera su suelo electoral y el resultado hiciera que pasara lo que, en efecto, nunca había pasado: la caída del secretario general. Rubalcaba decidió irse, meditó hacerlo adelantando las primarias como él mismo reconoció en público esta semana pero, al final, en vista del estado de ánimo en el partido, optó por un congreso para el mes de julio. "La decisión es mía, mía, mía", subrayó.

La misma tarde del lunes, algunos secretarios generales reclamaron la fórmula de un militante un voto porque, si no hay primarias, al menos el secretario general "debe surgir de la opinión de la militancia. Hay un clamor entre la gente para poder votar". Se multiplicaron los movimientos y, días después, algunos dirigentes describen lo que pasó como "ataques bajos para poder controlar el proceso de sucesión".

El miércoles a primera hora Eduardo Madina se acerca a los periodistas en el Congreso y condiciona su posible candidatura a que puedan votar las bases. La dirección federal, que aprobó en principio un congreso a la vieja usanza, decidió abrirse a la posibilidad de que votaran las bases. Así sería, por lo que dijo Rubalcaba, si existía consenso y si se encontraba la fórmula legal para hacerlo. Muchos barones, que se pronuncian en público a favor de la consulta a la militancia, reconocen sin embargo que se sienten engañados por el cambio de postura de Ferraz y salen en su mayoría a pedir que Susana Díaz asuma el control del partido. "La indefinición en la rueda de prensa de Rubalcaba es lo que me ha hecho dar el paso adelante", admite uno de los dirigentes territoriales. Varios de ellos reconocen haber hablado con la presidenta de la Junta antes de lanzar su mensaje de forma coordinada.

Madina teme que esta operación busque frenar el voto directo de los militantes y, en la SER, advierte de que el partido no pueden controlarlos seis o siete "por muy secretarios generales que sean". Pedro Sánchez anuncia que él quiere presentarse sin condiciones y Carme Chacón carga contra la confusión que atribuye a Rubalcaba. Poco antes, José María Barreda, próximo a la exministra, dice que no se puede dimitir un poco. "Peor imposible", suelta para definir la gestión de Rubalcaba. Quieren que Rubalcaba se vaya ya.

Pero el secretario general prevé aguantar hasta el congreso de julio y, tras el ruido de toda esta semana, instala la fórmula del voto directo de las bases, lo que hace el congreso más difícil de controlar. Mañana lunes deberá aprobarlo la Ejecutiva en una reunión en la que, si van a decirse a puerta cerrada lo que se han dicho a micrófono abierto, necesitarán varias horas antes de acabar. Se da por hecho, eso sí, que sale adelante la consulta a los afiliados.

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Algunos dirigentes esperan también a que este lunes dé el paso Susana Díaz, pero eso es algo que sólo la presidenta andaluza sabe. Mientras unos hablan de posibles acuerdos para evitar fracturas entre Díaz y Madina, otros lo descartan porque se vería como un apaño. Madina y Sánchez podrían esperar unos días más hasta confirmar sus planes, aunque esta semana se sabrá todo. El día 6 empieza la recogida de avales para convertirse en candidatos. Así anda el PSOE, sumido en el desconcierto y con varios de sus responsables preocupados por la fractura que puede abrirse en el partido.