Cinco años en manos de los talibanes
El sargento Bowe Bergdahl es el último prisionero de guerra estadounidense conocido. Fue capturado en 2009 y las circunstancias de su desaparición son confusas
El sargento Bowe Bergdahl es el último prisionero de guerra estadounidense conocido.
El sargento Robert Bowe Bergdahl desapareció en 2009 durante la operación de las tropas estadounidenses en Afganistán. El Pentágono cree que permanece retenido en algún lugar de Pakistán y su objetivo es llevarlo de vuelta a casa antes de la retirada de las tropas, prevista para diciembre de 2014
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La historia del sargento Bergdahl recuerda al guion de la serie Homeland. Robert Bowe nació hace 28 años en las montañas de Idaho, en el norte de los Estados Unidos. En 2008 se alistó al ejército americano admirado por la disciplina militar y por su defensa del estilo de vida americano. También se vio atraído por las promesas de los reclutadores que le aseguraron que estaría ayudando a las gentes de otras partes del mundo.
Lo cierto es que bastaron unas semanas para que la visión que Bowe tenía de la misión en Afganistán cambiara. Días antes de desaparecer envió a sus padres unas cartas en las que supuestamente criticaba la actuación del ejército. "Siento vergüenza de ser estadounidense", el Ejército es simplemente una gran mentira de la que el mundo tiene que reírse". Estas palabras han sembrado de dudas el caso y son muchos los que se preguntan si a su vuelta Robert Bowe Bergdahl debería ser recibido como un héroe o como un desertor.
En junio de 2009, un par de meses después de pisar suelo afgano Bowe Robert Bergdahl fue capturado por una red talibán de los señores de la guerra de Siraj Haqqani. Estados Unidos piensa que se encuentra retenido en algún lugar de Pakistán. El gobierno tiene en su poder varios vídeos que demostrarían que el sargento sigue con vida. En una de las últimas imágenes Bergdalh habla de la muerte de Nelson Mandela lo que hace pensar que al menos en diciembre de 2013 se encontraba vivo.
Tras su desaparición, sus captores aseguraron que Bergdahl se había unido a las filas talibán, información que sin embargo el Pentágono desmintió calificándola de propaganda. Las circunstancias de su desaparición, nada claras, también han alimentado las dudas. Su familia no comenta las especulaciones en torno al caso y aseguran que lo que quieren es ver a su hijo lo antes posible y "que sea él mismo quien explique lo que ha pasado durante todo este tiempo".
El coronel Timothy Marsano, persona que está en permanente contacto con los padres de Bergdahl está convencido que el Gobierno de EEUU está haciendo todo lo posible para traer de vuelta al sargento. La liberación "incluye usar todas las armas diplomáticas, de inteligencia y militares", asegura. Los captores de Bergdahl han puesto como condición para su libertad la excarcelación de cinco presos de Guantánamo pero la Casa Blanca no está convencida de la eficacia de esa medida.
La familia de Bergdahl mantiene la esperanza cinco años después. En su casa los relojes dan la hora afgana, su padre "respira el aire de Afganistán", ha aprendido pastún y ha llegado a "apelar a la inteligencia de sus captores". Las calles de la ciudad en la que el sargento nació lo recuerdan con lazos amarillos atados por cada rincón. El mayor miedo que tienen los padres de Bowe es el repliegue de las tropas, previsto para diciembre de este año. Temen que con la salida de los soldados también se diluyan las posibilidades de encontrar a su hijo.
