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ENTREVISTA

Megan Montaner: "Me pongo malísima rodando escenas de cama, soy súper pudorosa"

Megan Montaner, que acaba de estrenar 'Víctor Ros', protagoniza 'Sin identidad', serie que emitirá próximamente Antena 3

Megan Montaner, a sus 26 años, está ante una nueva y brillante etapa en su carrera profesional(KAILASH (AGENCIA ACTORES))

Megan Montaner, a sus 26 años, está ante una nueva y brillante etapa en su carrera profesional

Después de charlar por espacio de casi media hora con Megan Montaner, la percepción es que esta actriz de 26 años es una versión moderna, sofisticada, desenfadada y atractiva de Agustina de Aragón. Por el carácter, por cómo le gusta vivir lanzándose a la piscina cuando algo merece la pena, por la claridad de ideas y por el amor a su tierra, Huesca. Decirle a Megan Montaner que su acento maño es, prácticamente, irreconocible supone jugar con fuego. Tras pasar, cada vez con mayor peso y mejores resultados, por series como 'Amar en tiempos revueltos', 'El Secreto de Puente Viejo' (más de 300 episodios) o 'Gran Hotel', para esta chica la primavera llega cargada de estrenos en forma de proyectos.

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Acaba de estrenarse en Movistar Fusión la miniserie (6 episodios) de TVE 'Víctor Ros' (llegará en otoño al ente público) y, antes del verano, Antena 3 emitirá 'Sin identidad', serie para prime time producida por Diagonal TV ('Isabel', 'Bandolera', 'Amar es para siempre') protagonizada por Megan Montaner con un reparto destacable: Victoria Abril, Tito Valverde, Verónica Sánchez, Lydia Bosch, Antonio Hortelano... En esta ficción, Megan da vida a María, una joven y atractiva abogada que descubre que no es hija biológica de sus padres, detonante éste de todas las tramas que vendrán después. No es una nueva ficción sobre niños robados, asegura Megan. Toma eso como punto de partida, dice.

A este proyecto Megan no le da mayor o menor importancia que a otros, pese a tratarse de su primer papel como protagonista en una serie de prime time. Como Agustina con las tropas francesas, Megan parece saber valorar todo lo que le rodea en su justa medida. Como ella, Megan es luchadora y perseverante. Como Agustina de Aragón, Megan se aferra a su acento maño. Y, como Agustina, se siente fuerte entre los suyos y con los suyos: su familia, su novio y sus amigos.

¿Tú te habías parado a pensar alguna vez lo que es descubrir que quienes tú pensabas que eran tus padres no son, en realidad, tus padres?

Pues no me lo había planteado hasta que no empecé el proyecto de 'Sin identidad'. Lo piensas y es un poco peliagudo.

¿Es el personaje más importante de tu carrera?

Yo creo que todos tienen algo y de todos estoy aprendiendo. Por ahora, no te puedo decir que sea el más importante.

Sí, pero es un personaje protagonista...

En 'Puente Viejo' también era protagonista...

Ya, pero no es una serie que se emita en prime time ante 3 o 4 millones de personas...

En cuanto a lo que repercute al público, quizá sí sea el más importante por ser una serie en prime time y estar de protagonistas. Pero respecto a mí, realmente, no te diría que es el más importante.

¿Temes que el hecho de que ya haya habido, en no mucho tiempo, dos tv-movies sobre niños robados haga pensar a la gente que esta serie es más de lo mismo?

[Piensa] Realmente, no. Creo que ya hay bastantes entrevistas e información como para que la gente sepa que este proyecto no solo se centra en esta trama. Para nosotros es el primer capítulo el que más va a tocar el tema de los niños robados, todo lo demás es que una historia en la que va a haber una traición y una venganza; cómo tus seres queridos te han estado traicionando toda una vida. Lo de los niños robados es el desencadenante.

Lydia Bosch, Tito Valverde, Victoria Abril... ¿Cuándo se estrena la peli?

[Risas] Pues sí, mira... ¡Lo que no sabía es que yo iba a estar entre ellos! Es una maravilla compartir un proyecto con actores de ese calibre. El día que conocí a Victoria, no sabía ni articular los textos en la lectura.

Es una maravilla, estás continuamente aprendiendo. Como personas, además, son súper cercanos y cariñosos. Te ayudan mucho. Es una gozada, una gozada.

También te estamos viendo en 'Víctor Ros', la mini serie de TVE que acaba de estrenar primero Movistar Fusión. ¿Te chocó el tener que interpretar a una prostituta?

Hombre, no porque cuando yo fui a hacer la prueba ya sabía que era ese personaje

[La interrumpo] No me digas que sigues pasando pruebas para conseguir un papel...Si eso en las series españolas cada vez se ve menos...

[Risas] Sigo pasando pruebas. En 'Víctor Ros' me hicieron y no solo una, creo que hice tres. En 'Sin identidad' también hice prueba. Creo que fue en 'Gran hotel' donde no tuve que pasar ninguna, pero en el resto, sí.

¿Y te chocó coger el personaje de una prostituta?

No, tenía ganas de coger un personaje que fuera completamente diferente a otras cosas que había hecho. Me gusta lanzarme a esa piscina.

Lo que pasa que ahí tienes los contras de todas las situaciones que tienes que rodar, como las escenas de cama que siempre son un poquito delicadas. Pero me ha gustado, es hacer algo diferente.

¿Te da pudor grabar ese tipo de escenas?

Muchísimo [risas]. No te lo puedes ni imaginar, me pongo malísima. Soy súper pudorosa y, realmente, hasta 'Víctor Ros' no había tenido una escena un poco subida de tono. No apareces desnuda, porque siempre hay trucos como ponerte culottes, pero ponerte así delante de un equipo -por reducido que sea-, sigue siendo algo que te genera inseguridad.

¿Pero qué es lo que te da más vergüenza: el hecho de aparecer desnuda en cámara (ya sea en la cama o en la ducha) o la acción de mantener una escena subida de tono?

Todo va en función de con quién lo hagas. Para mí es más el pudor del desnudo que con quién lo haga. Por ahora, toco madera, con todas las personas que las he llevado a cabo, me lo han puesto muy fácil.

¿Tú no empezaste de modelo o en el mundo de la moda?

No... Yo hice, en un momento dado de mi juventud, con 16 añitos, unos pinitos con unas marcas de lencería y ropa de baño [risas]. Esto es algo que pertenece a un pasado y que, bueno, es diferente...

Eres de Huesca, ¿qué recuerdas de tu viaje a Madrid para comenzar una nueva vida en la búsqueda de alcanzar tus sueños profesionales, de ser actriz?

Buf, al principio un poco de caos. Lo que pasa es que como yo soy un culo inquieto y bastante lanzada, venía con muchas ganas y quería encontrar una escuela para estudiar arte dramático... Cuando empecé a hacer el seminario, como me gustó tantísimo, no tuve ningún problema de adaptación a la capital ni nada. Todo fue con mucha ilusión. Muchas ganas de empezar una nueva etapa.

Tu personaje en 'Víctor Ros', Lola, es prostituta, pero rebosa dignidad y carácter. ¿Lo suyo es dejar claro que la dignidad no está o deja de estar en la profesión de una persona, no?

Por supuesto. Ella no se dedica a esto porque le guste. A ella la dejan tirada en un Madrid de esa época [finales siglo XIX] sin dinero, sin trabajo, sin estudios y sin familia... No le quedó otra que dedicarse a esto. Yo no la considero como una prostituta de calle. La pondría más como una cortesana que como una puta callejera.

Ella es noble, tiene muchos valores. Tiene muchas corazas contra el mundo porque en la vida le han dado muchos palos y no se fía ni de su sombra. A Lola le hubiera gustado tener una vida mucho más fácil, haber estudiado y tener recursos. Nunca los tuvo.

Y a ti, Megan, ¿qué te hubiera gustado tener y no has tenido?

[Repite la pregunta y piensa] Pues no sé. Ahora mismo no te podría decir. Seguramente, muchas cosas [ríe]. Desde luego que el camino no es fácil; pero bueno, lo que no es fácil, te hace más fuerte.

De hecho, me gusta no haber tenido esas cosas que hubiera deseado tener porque luchar para conseguir todo lo que quieres, te hace sentir más fuerte, te recompensa más. Si te lo dan todo hecho, al final es una mierda, ¡joder! [Ríe]

Te estoy percibiendo como una chica con carácter. Tu personaje de Lola también lo tiene... ¿Es importante tener ese punto de personalidad y dignidad de Lola (en 'Víctor Ros') en el mundo de los actores donde todo el rato os adulan?

Es importante tener los pies en la tierra y, sobre todo, es importante, para mí, tener a tus amigos de toda la vida. Los círculos en los que yo me muevo son gente que no se dedican a esto. Eso no significa que quien se dedica a esto te aboquen a algo malo, para nada. Pero ayuda mucho el que tus padres te digan "quieta ahí que no se te suba a la cabeza". Yo creo que hay mucho mamoneo en todos los vestuarios, de cualquier sector.

¿Dónde has dejado tu acento aragonés?

¿Que dónde lo he dejado? [sorprendida] ¡Madre mía! No reniego jamás de mis raíces.

No te digo que reniegues de tus raíces, te digo [me corta]

Claro, pero cuando me dices eso, lo que me dices es que ya no tengo acento aragonés... Pero yo creo que sí tengo. No tanto como cuando me voy a Huesca y vuelvo a Madrid, que me lo pegan mis colegas y llego mucho más norteña, pero... ¡Anda que no tengo situaciones en las que rodando me tienen que decir que relaje en tono de oscense!

¿A qué no renunciarías por ser actriz?

Al principio, cuando empecé con todo el tema de la prensa, con la primera rueda de prensa fue la primera vez que dije "no sé si quiero ser actriz porque me da mucho miedo esto, no quiero enfrentarme a estos". Lo pasaba realmente mal.

Conforme pasa el tiempo, lo voy llevando mejor. Tengo que decir que esa fue una de las cosas que me hizo planteármelo. Es parte del trabajo y cuesta asumirlo, y más al comienzo.

¿Por qué te da miedo la prensa?

No me da miedo, me da terror. El día que tuvimos ese encuentro con la prensa en 'Sin identidad', casi me muero. Cuando salí y vi ahí a no sé cuantísimos periodistas y fotógrafos, no me lo podía creer. ¡Me asustáis! A mí me genera inseguridad: la cámara, la alcachofa...

 
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