Las obras del Congreso descubren animales momificados bajo el techo

La reparación de la cubierta del Congreso está aún sin concluir y se investiga si la reforma realizada para colocar los conductos de ventilación fue la culpable de tapar cinco de los disparos del 23-F.

Ampliar

La presidencia de la Cámara ha invitado esta mañana a los periodistas a visitar las obras del Congreso de los Diputados. Desde el techo del edificio hemos podido comprobar el grado de deterioro en el que se encontraba la cubierta y la segunda planta de la Cámara Baja, vigas completamente podridas, maderas en el aire y hasta climatizadores de "cuatro toneladas" apoyados sobre la cubierta. La vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos, asegura que incluso se han producido derrumbes en algunos puntos y que "ha habido peligro" para las personas que trabajan en el Congreso.

Síntoma del abandono de las infraestructuras del Congreso es también la aparición de animales momificados. Al levantar el techo de la segunda planta se han llegado a encontrar cadáveres de animales, como "un perro muerto y un gato momificado", lo que indica que llevaba ahí bastante tiempo. La apertura de las dependencias del segundo piso para poder llevar a cabo la primera obra prevista ha hecho que la dirección de la Cámara se haya visto obligada a hacer otro presupuesto para restaurar por completo esa planta que amenaza ruina.

También se sigue investigando si como consecuencia de las reformas en la de iluminación y climatización de las salas de la Cámara Baja se han sellado algunos de los disparos del intento de golpe de Estado del 23-F. Celia Villalobos ha asegurado hoy que ha aparecido el único informe policial que se elaboró tras ese día. La vicepresidenta de la Cámara espera que en él quede constancia del número de disparos que se lanzaron al techo. Los periodistas y funcionarios más veteranos aseguran que había 35 huellas y ahora sólo quedan 29.