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Clamor de los católicos ante el 'putiferio' en la curia romana

Al tercer día de encuentros de cardenales en la Congregación General, previa al cónclave, estalla en Roma el 'putiferio' (o alboroto), comportamiento de la curia considerado por los católicos como inadecuado a los tiempos actuales

El cardenal italiano Giuseppe Versaldi, durante una misa en la Basílica de San Pedro del Vaticano(REUTERS/Max Rossi)

El Vaticano ha prohibido a los cardenales estadounidenses expresarse libremente ante la prensa en los briefing que mantenían en el Colegio Pontificio norteamericano. Los purpurados estadounidenses hablaron demasiado, con excesiva sinceridad y reconocieron que habían exigido determinadas informaciones a la curia romana. Creen que tal información es imprescindible para que puedan definir el perfil adecuado del futuro papa. Sus declaraciones eran básicamente reflexiones. Sin embargo, la Oficina de Prensa de la Santa Sede considera que ''se debe tutelar la libertad de expresión de cada uno de los miembros del Colegio Cardenalicio''. ''Esto no es un congreso'', afirmó el portavoz, Federico Lombardi, ''del que se facilita la mayor información posible".

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La particular tutela de la libertad de expresión del Vaticano ha llegado a límites desconocidos. Reuters se ha visto obligada a cancelar la información documental para televisiones sobre la denuncia de la asociación SNAP, defensora de las víctimas de los abusos sexuales de una minoría del clero. Su contenido no era del agrado de la jerarquía eclesiástica y la agencia de noticias británica ha explicado que la retirada obedecía a una recomendación ''de sus asesores legales''.

Doce cardenales, en la lista negra de la SNAP

La documentación cancelada de Reuters contenía las declaraciones de los responsables de la SNAP, Barbara Doris y David Clohessy, sobre supuestas complicidades de numerosos cardenales en la protección activa o pasiva de clérigos acusados de abusos sexuales, especialmente a menores. Son 12 los cardenales electores y elegibles, algunos de ellos papables, que no deberían acceder al cónclave por tales motivos, según esta asociación de víctimas:

- Timothy Dolan (Nueva York) porque quiso pagar 20.000 dólares de indemnización a los pederastas si colgaban el hábito.

- Angelo Scola (Italia) porque afirmó que estos delitos se cometen también en otros ámbitos de la sociedad.

- Norberto Rivera Carrera (México) porque defendió en su día a Marcial Maciel, acusado de abusos sexuales.

- Óscar Rodríguez Maradiaga (Honduras) porque dijo que antes iría a prisión que hacer daño a sus sacerdotes.

- George Pell (Australia) porque aseguró que los funcionarios de la Iglesia no son ineficientes en los casos de abusos a menores.

- Dominik Duka (R. Checa) porque cree que con acusaciones falsas de pedofilia se pretende alejar a la Iglesia de la enseñanza.

- Tarcisio Bertone (Italia) porque declaró que la epidemia de abusos sexuales se debe a una ''infiltración de homosexuales'' en la Iglesia.

- Donald Wuerl (EEUU) porque negó ayuda a las familias de las víctimas.

- Marc Ouellet (Canadá) porque considera que el 90% de las acusaciones de pederastia no son ciertas.

- Sean O'Malley (EEUU) porque encubrió a pederastas.

- Leonardo Sandri (Argentina) porque expresó públicamente apoyo a Marcial Maciel en el 2004.

- Peter Turkson (Ghana) porque declaró que África no tolera homosexuales.

El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, ha respondido a la declaración de los representantes de la SNAP con un simple ''no deciden ellos quién entra o no en el cónclave''.

Familia cristiana, párrocos, mujeres, ... Todo un clamor

La revista Familia Cristiana publica un amplio dossier sobre los problemas que deberá afrontar el futuro papa y en su editorial exige freno al IOR (la banca vaticana) y que se imponga finalmente la ética en la entidad.

Son numerosos los sacerdotes y párrocos italianos que suplican un gobierno central de la Iglesia que sea diferente del actual. Destaca la reflexión de Virgilio Colmegna, director de la Casa de la Caridad de Milán, que pide ''una Iglesia que deseche tanta incrustación institucional''. ''Necesitamos'', ha añadido, ''limpieza moral. Dentro y fuera".

También las mujeres italianas alzan su voz ante los oídos sordos de la jerarquía eclesiástica. Según la presidenta de la Asociación de Mujeres Teólogas, Cristina Simonelli, ''la curia romana necesita reformas estructurales y transversales. Es necesaria mayor transparencia económica y financiera; mayor atención a la pedofilia -porque es un problema de abuso de poder, además de sexual-; y que se reconsidere la disciplina del clero, su reclutamiento, su formación y su estilo de vida".

 
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