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'Nunca Máis', símbolo social y político de la tragedia del Prestige

Manuel Fraga, entonces presidente de la Xunta, aseguraba el 15 de noviembre del 2002 que "el peligro más grave había pasado". Mariano Rajoy, vicepresidente del Gobierno, añadía días más tarde que probablemente "el combustible del Prestige no se verterá". Posteriormente reducía los escapes de fuel a los archiconocidos "hilillos de plastilina" y se conocía que Fraga, acompañado de sus 'conselleiros' de Obras Públicas y Medio Ambiente, estaba de cacería a Aranjuez el día de la catástrofe.

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No hubo ninguna responsabilidad ni precio político tras todos los errores en la gestión del accidente. Por todo ello, Galicia estalló y canalizó su indignación a través de una plataforma nacida el 21 de noviembre del 2002 bajo el auspicio de miembros del Bloque Nacionalista Galego (BNG) y reconocidos intelectuales. Su nombre lo sugirió Anxo Quintana, entonces número dos del BNG. "Nunca Máis" ya había sonado en las costas gallegas durante la tragida del Mar Egeo. El símbolo de la bandera gallega enlutada fue idea del publicista José Torné.

Esa sensación de impotencia popular ante la incompetencia de sus administradores se organizó a través de 200 asociaciones y colectivos representativos de la sociedad civil gallega: cofradías de marineros, cooperativas de marisqueros, organizaciones ecologistas, asociaciones culturales, partidos políticos, comunidades de vecinos, centrales sindicales e intelectuales y artistas. Y se expresó a través de numerosas acciones. El 1 de diciembre del año 2002 se reunían en Santiago de Compostela más de 150.000 personas, un mosaico gigante de paraguas y banderas tintadas en la que fue la mayor concentración de la historia de Galicia. Manuel Rivas leía en el manifiesto final: "Se lo decimos en el código del mar: 'Delta', 'India', 'Mike', 'India', 'Óscar', 'November', ¡Dimisión!". Un mes después, se formaba desde la playa de Laxe una cadena humana de 45.000 estudiantes gallegos.

'Nunca Máis' también fue una forma de hacer política. La plataforma llegó a denunciar una campaña de desprestigio dirigida por el Gobierno, el Partido Popular y diversos medios de comunicación que le acusaban de destinar el dinero recaudado en su propio beneficio. En enero de 2003, el sindicato de funcionarios 'Manos Limpias', presentaba una denuncia por estafa y apropiación indebida contra 'Nunca Máis' por desviar los fondos recaudados para las labores de reparación de los daños causados por la marea negra y destinarlos a otros fines, entre ellos algunos "partidistas". En abril de 2003 la Audiencia Nacional archivó la querella tras analizar los datos relativos a las aportaciones recibidas en la cuenta abierta a nombre de la plataforma.

El movimiento no se selló a la vez que las grietas del Prestige. Los gritos de "Nunca máis" resonaron en España y Galicia mucho tiempo más, con otras consignas y motivos. Y aún lo hacen. Reaparecieron el 16 de octubre del año pasado con la primera jornada de los siete meses de juicio del Prestige coreados por las alrededor de 300 personas.

Los sonidos de "Nunca Máis"

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