Amnistía Internacional y autores españoles piden la liberación de las Pussy Riot
Varios autores españoles han participado junto a Amnistía Internacional en un acto público pidiendo la liberación de las integrantes del grupo Pussy Riot
Un grupo de activistas convocados por Amnistía Internacional se manifiesta frente a la embajada de Rusia para pedir la libertad para las integrantes del grupo Pussy Riot, cuya sentencia será revisada el próximo 1 de octubre.
Ataviados con pasamontañas de colores, una prenda que se ha convertido en el símbolo de la causa de las Pussy Riot, más de 100 activistas, coordinados por Amnistía Internacional, han organizado este jueves un simbólico acto de protesta frente a la Embajada de Rusia en Madrid.
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Varios artistas españoles han secundado la convocatoria por solidaridad con sus compañeras de profesión. Entre ellos Nacho Campillo (Tan Tan Go), Julio Castejón (Asfalto), Sabino Méndez (Loquillo y los Trogloditas), Luis Pastor o Miguel Ríos. No son los únicos: las declaraciones y muestras de solidaridad se han sumado a las ya emitidas durante los últimos meses por personalidades del mundo de la música, la política y la cultura a nivel internacional como Sting, Madonna, Yoko Ono, Bjork o la premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Ki.
Maria Alekhina, Ekaterina Samutsevich y Nadezhda Tolokonnikova le han puesto cara y nombre propio a la lucha por la libertad de expresión en Rusia. Sobre ellas pesa una condena de dos años de prisión por vandalismo e incitación al odio religioso. El pasado mes de febrero fueron detenidas en la Catedral del Cristo Redentor de Moscú, el corazón de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Desde el altar interpretaron una rogativa punk al son de "Virgen María, líbranos de Putin": un acto enmarcado en las acciones de protesta que la disidencia rusa llevó a cabo durante la campaña electoral de las presidenciales del pasado mes de marzo.
El próximo lunes 1 de octubre volverán a sentarse en el banquillo para que el Tribunal que las juzgó revise su condena. Pero si su situación no cambia, organizaciones como Amnistía Internacional no descartan acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. "El Tribunal Europeo siempre ha fallado en contra de la detención de personas cuyo único 'delito' es protestar pacíficamente y molestar a una parte de la sociedad".
El caso de las Pussy Riot ha puesto en evidencia el deterioro de la libertad de expresión en Rusia donde el regreso de Vladimir Putin al poder ha traído consigo una serie de reformas que limitan derechos fundamentales como la libertad de manifestación, asociación y reunión para castigar y deslegitimar a una disidencia más activa que nunca.