El peligro de la cooperación internacional
Recordamos los secuestros más dramáticos de los últimos tiempos y a los cooperantes que perdieron su vida mientras realizaban su trabajo
El cooperante internacional es consciente de que está sujeto a unas duras condiciones de trabajo y de que muchas veces puede ser víctima colateral de conflictos internos en los países en los que trabaja. Su integridad física suele estar en peligro y siempre siguen hojas de ruta específicas para intentar garantizar su seguridad, pero toda precaución es poca. Saben que son doble objetivo, por un lado por el simple hecho de ser occidentales, y por otro, por ser testigos incómodos de lo que ocurre.
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El número de cooperantes españoles que se han visto implicados en secuestros mientras participaban en misiones humanitarios alrededor del mundo supera la cincuentena. Recordamos los casos más dramáticos.
El 29 noviembre de 2009 los cooperantes españoles Albert Vilalta, Alicia Gómez y Roque Pascual, miembros de la ONG "Barcelona-Acció Solidaria" fueron secuestrados en Mauritania por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) mientras viajaban con una caravana que transportaba ayuda humanitaria. El diez de marzo de 2010 Alicia Gómez es liberada, sin embargo, Pascual y Vilata no fueron liberados hasta el 22 de agosto de 2010.
El 13 de agosto de 2011 Blanca Thiebaut y Montserrat Serra, empleadas del aparato logístico de Médicos Sin Frontera en Kenia, en el campo de refugiados de Dadaab, sufrieron una emboscada mientras viajaban en carretera. El coche en el que iban fue tiroteado y el conductor resultó herido. Nunca se supo de ellas hasta que el 9 de enero de 2012 el medio digital "Somalia Report" informó que las cooperantes habían sido vendidas a piratas somalíes por 200.000 dólares y que se encontraban en Somalia. Supuestamente se encuentran recluidas en un barco secuestrado y fondeado en Handulle. A mediados de febrero de 2012, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo aseguró que el Gobierno había recibido una prueba de que las secuestradas estaban con vida.
Sin olvidarnos de Ainhoa Fernández de Rincón, miembro de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Extremadura y de Enric Gonyalons, miembro de la organización Mundabat, que han sido liberados hoy 18 de julio y que estaban secuestrados desde el 22 de octubre de 2011, cuando trabajan en los campos de refugiados saharauis de Tinduf, al suroeste de Argelia
Los españoles que no volverán
Desde 1990 once cooperantes españoles han perdido su vida en diferentes misiones humanitarias a lo largo del mundo. Recordamos sus nombres.
En septiembre de 1990 la médico Begoña García Arandigoyen, que trabajaba para el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en el Salvador fue secuestrada y posteriormente asesinada por una organización militar. En ese mismo país, tres mese después, moriría otra médico española, Marta González Gómez, durante un ataque del Ejército a un campamento del FMLN.
Mercedes Navarro Rodríguez, miembro de Médicos del Mundo, perdió su vida en mayo de 1995, un hombre entró en la sede de la organización en la ciudad bosnia de Bostar y se puso a disparar indiscriminadamente.
En noviembre de 1996, la también médico Inmaculada Vieira Fuentes murió de un disparo en Mozambique cuando conducía en coche por Maputo, un policía confundió el coche en el que viajaba con el de una banda de ladrones.
Al mes siguiente y en otro continente, Europa, Fernanda Calado, del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) es asesinada den Chechenia.
El médico Manuel Madrazo, la enfermera María Flors Sirera y el fotógrafo Luis María Valtueña, cooperantes de Médicos del Mundo, son asesinados en Ruanda por extremistas hutus.
En Colombia perdieron su vida en noviembre de 1999 el cooperante Eguiluz Tellería y el sacerdote José Luis Mazo. La embarcación en la que viajaban fue hundida por los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC)
Ana Isabel Sánchez Torralba es asesinada en Guinea Ecuatorial en julio de 2003, un policía disparó en un puesto de control al autobús en el que viajaba la cooperante española.
Marcos Lucas Sesarego fue asesinado por un ladrón en Perú en marzo de 2007 cuando trabajaba como voluntario en un albergue de enfermos de Sida.
