De empresario de éxito en Asturias a mecánico en Sidney

David Neira es empresario "yo no marché por necesidad, marché por convicción. Yo en España podría haber vivido aceptablemente pero perdí la ilusión porque estaba viendo que me daba con la misma pared siempre". Es la pared de la falta de créditos.

David tenía dos talleres en Asturias, uno de coches de competición, que se comió la crisis, y otro de mecánica general que funciona lo suficiente para vivir, pero no para crecer, por eso se ha ido a Australia "intenté por todos los medios abrir un taller más grande para dar trabajo a gente. Me estuvieron mareando con el ICO, al final no me dieron el crédito. El banco me prometió que sí me lo daría, al cabo de tres meses me dijo que no y perdí un montón de dinero... nada. En este país no hay dios que emprenda nada".

Así que David se va a Sidney a emprender, pero empezará manchándose las manos: "mi idea es comenzar desde abajo, trabajando en algún taller de mecánica, chapa y pintura que hay mucho trabajo. Ganas 1.400 euros a la semana y con un poco de antigüedad y práctica el salario se multiplica por 4". "Ya tiene sentido - dice David- trabajar 13 horas al día como hacía en España, aunque eso aquí no se lleva. Aquí trabajan 8 horas".

Después con el tiempo quiere abrir su propio taller en Sidney, y más tarde, con más tiempo todavía, volver: "dejé mi casa y no la puedo vender porque no me dan nada por ella y después, aparte, dejé mi negocio que está allí funcionando. He dejado mi novia. He dejado mi vida".

Neira habla desde la bahía de Sidney donde está celebrando que por fin ha encontrado casa en el centro de la ciudad y a precio (los alquileres superan los 2.000 euros al mes). En el restaurante le espera su compañero de piso, un constructor valenciano igual o más frustrado, - dice -, que él.

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