Baltasar Garzón: "Mi conciencia está tranquila"

El juicio contra el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, por un presunto delito de prevaricación cometido al haber investigado los crímenes del franquismo ha quedado visto para sentencia. En su alegato final, Garzón ha explicado que con sus decisiones solo quiso dar protección a las víctimas y que tiene la conciencia muy tranquila.

Baltasar Garzón ha invertido casi siete minutos en su derecho a la última palabra. El juez de la Audiencia Nacional ha dicho que tiene "la conciencia muy tranquila" porque con su investigación sobre los crímenes del franquismo sólo quiso "dar protección a las víctimas" y evitar que haya "olvido y falta de memoria". Investigar, ha añadido, unos "hechos criminales" que tienen "carácter permanente porque se trata de desapariciones de personas en un contexto de crímenes de lesa humanidad". Su decisión, ha concluido, "se puede compartir o no pero es defendible"

A su lado, el fiscal del Tribunal Supremo Luis Navajas, que ha defendido que no hay base para condenarle por un presunto delito de prevaricación y que se ha llegado a preguntar si se hubiera llegado hasta aquí si este asunto lo hubiera tramitado un juez distinto de aquel que ha investigado a las dictaduras del cono sur. Navajas ha vuelto a cargar contra la instrucción del juez Luciano Varela que ha obviado la jurisprudencia que sobre el delito de prevaricación se sigue en el Tribunal Supremo y que es "una flecha uniforme, unidireccional", ha explicado.

Fusilamientos de Paracuellos del Jarama

La acusación popular que ejercen el autodenominado sindicato Manos Limpias y Libertad e Identidad ha acusado a Garzón de guiarse por "criterios ideológicos", ya que archivó una querella sobre los fusilamientos de Paracuellos del Jarama en solo 24 horas y tardó más de dos años en pronunciarse sobre las querellas contra el régimen franquista. El fiscal ha dicho que la única comparación posible entre ambos sucesos es que se produjo "el asesinato indiscriminado de inocentes" pero, a renglón seguido subrayaba, que "no ha quedado acreditado que Santiago Carrillo estuviera implicado en aquellos hechos". Además, decía, en el caso de la represión franquista, a diferencia de "los sucesos desgraciados y trágicos" de Paracuellos, ha quedado claro que "responden al signo inequívoco del exterminio del enemigo político". Navajas considera que los represaliados del franquismo están sometidos a un "proceso de victimización permanente".

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La defensa del juez, en su intervención, ha desmentido categóricamente esta afirmación. Gonzalo Martínez-Fresneda ha explicado que el archivo de aquella querella obedeció a defectos formales. Primero porque la asociación que la presentó no acreditó su personalidad jurídica y segundo porque no carecía del más mínimo rigor jurídico. En ningún caso, ha añadido, se apela a la Ley de Amnistía. Y aún así, hay más diferencias entre Paracuellos y las víctimas del franquismo. Las primeras, ha sostenido el abogado, fueron honradas y sus familias indemnizadas, mientras que las del franquismo, no.

Fusilamientos del 2 de mayo

Martínez-Fresneda también se ha referido a la afirmación de la acusación popular que no ha admitido la tesis de que los delitos por desapariciones forzadas no prescriban porque, de ser así, "podríamos abrir un proceso por los fusilamientos del 2 de mayo". La defensa califica esas palabras de "enorme ignorancia y de enorme frivolidad" porque en el caso del franquismo "hoy hay miles de españoles que son víctimas de estas desapariciones, que siguen viviendo una tortura porque no saben qué pasó ni donde están los restos de sus seres queridos".

El juicio contra el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, por un presunto delito de prevaricación cometido al investigar los crímenes del franquismo ha quedado visto para sentencia. La acusación popular mantiene la petición de 20 años de inhabilitación para Garzón. El fiscal y la defensa solicitan la libre absolución.