El fraude de las Power Balance

Las pulseras causaron furor entre personalidades como la Infanta Elena o Leire Pajín. Posteriormente, la compañía tuvo que pagar 15.000 euros de multa, muy lejos de la cifra en Estados Unidos.

"Jamás han podido demostrar las propiedades. Han conseguido ventas millonarias, no solo en nuestro país sino en todo el mundo", apunta nuestro experto en consumo Jesús Soria. En 2010, en Hoy por Hoy, el portavoz de Power Balance en España, José Miguel Manzanares se defendió ante las dudas sobre la eficacia de las pulseras: "Power Balance ha conseguido almacenar un determinado tipo de información que es capaz de alguna manera de interactuar con nuestro propio campo magnético y aísla a las células de un montón de interferencias electromagnéticas en las cuales vivimos habitualmente". Nuestro experto en consumo le pidió que hicieran pública la investigación para "tapar bocas". Esa documentación nunca llegó.

Antonio Hernando, Director del Instituto de Magnetismo de la Universidad Complutense y Premio Nacional de Investigación sospechó hace un año sobre la eficacia de las Power Balance. Tachó de "palabrería" la idea de que un "holograma eliminara frecuencias nocivas" ya que un instrumento con esas características nunca se podría vender a 30 euros.

Ahora las multas ponen a la compañía en su sitio y se ha visto obligada a admitir que no hay pruebas científicas creíbles que apoyen sus afirmaciones. A pesar de los 15.000 euros de multa en España, o los 350.000 en Italia, han sido los 57 millones de dólares los que llevan a la compañía a la suspensión de pagos.

¿Qué puede hacer el consumidor español? En España, se estima que 300.000 personas pagaron entre 30 y 42 euros por una pulsera que se ha demostrado un fraude. Jesús Soria apunta a la dificultad de reclamar porque: "¿Todo el mundo ha guardado el recibo?"

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