La Liga Árabe exige a Siria la acogida de observadores
Le da al presidente Al Asad un plazo de tres días para aceptar el protocolo de acuerdo bajo amenaza de sanciones económicas
La Liga Árabe ha firmado este miércoles en Rabat un protocolo de acuerdo en el que insta a Siria a aceptar, en un plazo de tres días, el envío de observadores de la organización regional para examinar la situación en el terreno. Así lo ha expresado el ministro de Exteriores catarí, Hamad Bin Yasim, en una rueda de prensa conjunta con el secretario general de la Liga Árabe, Nabil Al Arabi. En caso de que el presidente sirio, Bashar Al Asad, no acepte este protocolo, la Liga Árabe amenaza a Siria con sanciones económicas, que según el responsable catarí, "no afectarán a la población civil".
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En cuanto a la suspensión de Siria como miembro de la Liga Árabe, no se han ofrecido más detalles a parte de lo que ya se anunció el pasado sábado sobre que quedaba suspendida. La Liga Árabe le ofreció entonces a Al Asad un plazo que expiraba hoy para que cesara la violencia antes de ser expulsada. Sin embargo, pese a que la represión ha continuado desde entonces, este miércoles no se ha mencionado nada al respecto y el estatus de Siria sigue siendo el de miembro suspendido, pero no expulsado de la Liga Árabe. "No hay decisión inmediata efectiva sobre este tema", ha afirmado Bin Yasim.
Además, la Liga Árabe ha pedido en un comunicado a Siria que retire a su delegado Yusef Ahmed, de la organización, debido a unas declaraciones "no diplomáticas" que éste realizó el pasado sábado. Ahmed denunció que "la organización panárabe está sometida a agendas estadounidenses y occidentales".
El pasado martes, el presidente sirio dejó en libertad a 1.180 presos implicados en las revueltas. Sin embargo, la Liga Árabe no ha creído que ésta sea un paso suficiente como para no exigir más compromisos.
Tras los ataques en los últimos días a varias embajadas internacionales, entre ellas la francesa, el ministro galo de Exteriores, Alain Juppé, retiró a su embajador en el país y clausuró dos consulados.
Desde que comenzaran las revueltas el pasado mes de marzo, más de 3.500 personas han perdido la vida en Siria, según datos de Naciones Unidas.