¡El Yeti existe!

Apenas aterrizar en Phokara, con el cansancio haciendo mella después de dos noches sin dormir apenas nada, cae en mis manos el Kathmandu Post (algo así como El País en Nepal) con una impactante portada. Según las autoridades de Kemerovo, región del sur de Siberia, una expedición a las remotas montañas de Shoria ha encontrado pruebas irrefutables de la existencia actual del "hombre de las nieves" en esta zona.

Anteriormente ya hubo anuncios parecidos pero no tan contundentes. En 2008 un grupo de investigación japonés recorrió durante 42 días la zona de alta montaña del Dhaulagiri IV y fotografiaron presuntas huellas de 45 centímetros de longitud del supuesto Yeti, también conocido como Migou por los lamas del Himalaya. También se dice que hay restos y reliquias de esta especie de cruce entre hombre y simio en monasterios budistas de Nepal pero aún no hay ninguna prueba fehaciente de su existencia. La búsqueda continúa.

Quedó pendiente en días anteriores hablar de los sherpas y los porteadores. Los sherpas son gente ruda de montaña, hombres de aldeas a los pies del Himalaya habituados a la altura y a los peligros de la alta montaña, en la que se desenvuelven con habilidad e inteligencia. Muchos no saben ni escribir su nombre pero las cosas van cambiando. Los que más progresan se trasladan a la capital y llevan a sus hijos a la escuela.

Makalu y Namche Bazam son las dos principales "cunas" de sherpas y entre ellas hay una gran rivalidad para ver qué aldea es la mejor. Podría hablarse de Nimna como "el Messi de los sherpas". Ha sido el primer nepalí en coronar los 14 ochomiles. De todas formas, para ellos los récords no son importantes. Les vale con mantener a su familia. Cada expedición les supone unos 2000 euros y suelen hacer dos o como mucho tres al año. Suficiente para vivir en este país.

Los porteadores son una casta muy inferior. En esencia son burros de carga mal pagados que acaban con problemas físicos en la mayoría de los casos. Suelen ser nativos fuertes capaces de cargar más de 30 kilos a cuestas durante varios días por terrenos de gran dureza y en ocasiones de gran peligrosidad. Muchos de ellos han muerto cruzando ríos o despeñándose por algún barranco. Y todo por 6 euros al día. La necesidad obliga y aunque resulte irritante todas las partes implicadas aceptan que este negocio funcione así. Son las leyes del Himalaya.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

No quiero acabar sin rendir tributo a todos los montañeros caídos en "acto de servicio" en el Dhaulagiri y otras montañas. Hace poco nos encontramos con dos japonesas camino del campo base del "Daula" para recordar y tratar de encontrar algún resto de sus maridos, desaparecidos aquí el año pasado. La montaña es tan bella como peligrosa y muchos pagan un precio demasiado alto por conquistarla.