Ciego, sin trabajo y a punto de quedarse en la calle

El viaje de Salif Dambele comienza en Mopti, a orillas del río Níger en el norte de Malí. Antes de cruzar en patera el Estrecho y pisar Almería tardó más de un año en el tránsito por Argelia y Marruecos. Allí un mes antes de subir a la barca comenzó a ver borroso.

Es la historia de Salif Dambele, un maliense de 31 años que llegó en patera a Almería en septiembre de 2008. Esperando la noche en la que saldría su patera pasó un mes entero escondido en una cueva en Marruecos donde comenzó a sufrir problemas de visión. En el trayecto en la barca ya sólo veía borroso y pensó que en España le curarían y recuperaría la vista pero en realidad se ha quedado técnicamente ciego, conserva una vista residual inferior al 10%. Ni siquiera se lo ha contado a su familia. Ni a sus padres, ni a su mujer y aún menos a su hija de 7 años , sólo se lo confesó hace unos meses a sus dos hermanos varones.

Dos operaciones no le han servido para nada más que frenar el avance del glaucoma. El drama añadido a todo esto es que el recorte del presupuesto del ministerio de Trabajo e Inmigración ha dejado a la ONG que lo acogía, el 'Colectivo La Calle, de Madrid', casi sin recursos para mantener el piso en el que vive y darle una manutención.

La ONG intenta buscarle una salida con otra organización y trata de conseguir que Salif supere las pruebas de la ONCE para convertirse en vendedor de cupones, "es la única salida que tengo" afirma Salif. A todo esto se añade que está pendiente de que le renueven el permiso de residencia por motivos humanitarios que le caduca en un par de semanas pero por el momento no le han dado respuesta aun a su expediente de renovación.