Sin espacio para el optimismo

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por fin se ha dado cuenta de que ya no hay espacio para el optimismo con una tasa de paro que ronda el 20 por ciento. En el marco de la nueva etapa de este Gobierno y la importancia que le da a la comunicación, Zapatero ha optado por el realismo. Los leves signos de mejora en los datos del paro de los últimos meses no aseguran, ha dicho, un cambio irreversible de tendencia.

Los síntomas de cualquier mejora en la situación ecónomica se leen ya con prudencia y se alejan del discurso optimista de la recuperación. Hoy en el debate monográfico sobre el paro en el Congreso, Zapatero ha aprovechado para anunciar un paquete de reformas para reactivar la economía y mostrar la hoja de ruta. Pocas novedades las presentadas pero, al menos, la voluntad de llamar las cosas por su nombre: algo que se agradece, aunque sea tan tarde.

Quien no cambia en su cansino discurso es el PP. Le da igual lo que diga el Gobierno, le da igual dinamitar todos sus principios y posturas mantenidas hasta ahora, el caso del Sáhara es el mejor ejemplo, o su defensa de los periodistas y de la libertad de información. Hoy ha recuperado en el Congreso la idea de que Zapatero debe irse, e insiste en el adelanto electoral. Nada que ayude, sólo crítica. El PP hace tiempo que ha dejado de escuchar, su sordera le mantiene a salvo de la tentación de tomar alguna iniciativa, más allá del 'me opongo a todo lo que diga el Gobierno'.