El Gobierno, solo ante el debate

Ni a derecha ni a izquierda del hemiciclo encuentra respaldo la intención del gobierno de rematar con el mayor consenso posible las tres reformas pendientes; la laboral, la de las pensiones y la financiera.

Haber optado por la geometría variable y no por un apoyo político estable convierte cada debate parlamentario, y éste más aún, en un balance negativo general. Todos los grupos dan un suspenso a la gestión del gobierno y, a estas alturas, ni a derecha ni a izquierda del hemiciclo encuentra eco lo de que el gobierno asume ésta como la oportunidad idónea de lograr un acuerdo con el que sacar adelante las reformas pendientes para hacer frente a la crisis.

Es un debate del estado de la nación sin moción de censura como posibilidad y sin el fantasma de unas elecciones anticipadas como opción. Solo Convergencia i Unió va a plantear que el presidente se aplique en rematar las reformas pendientes (la del mercado de trabajo, la del sistema de pensiones y la financiera) y luego convoque elecciones. Está previsto que Josep Antoni Durán i Lleida haga casi el mismo discurso que el día en que Rodriguez Zapatero hizo público el tijeretazo de sueldos de funcionarios y la congelación de las pensiones.

Hay esta vez otro motivo de ataque al gobierno, el Estatut. Suena más conciliador el PNV, aunque su discurso también se base en un rosario de críticas y reproches los nacionalistas vascos se declaran dispuestos a dialogar y, como siempre, a pactar si se puede. El resto tiene toda la intención de marcar la mayor distancia posible con respecto del gobierno.