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Iraq, dividido ante las elecciones

Con más de dos meses de retraso, las elecciones legislativas se celebrarán bajo un impresionante despliegue de seguridad en todo el país

Con más de dos meses de retraso, las elecciones legislativas se celebrarán bajo un impresionante despliegue de seguridad en todo el país que no ha evitado que el miércoles murieran 30 personas en tres atentados en Baquba (provincia de Diala), ni que el jueves, el día destinado a que policías, militares, presos y enfermos de hospitales ejerzan su derecho al voto se registrasen otras tres explosiones en varios barrios de Bagdad con un balance de 12 muertos, la mayoría civiles.

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Medio millón de policías y 14 divisiones del Ejército intentarán que "Estado Islámico en Iraq", la rama de Al Qaeda en el país, no alcance más objetivos durante la jornada electoral. Los electores deberán atravesar tres cordones de seguridad antes de alcanzar las urnas, y en la fortificada "Zona verde", donde se encuentra la Comisión Electoral a los habituales 7 controles de identidad y cuatro chequeos de cuerpo se ha añadido un reconocimiento 50 metros antes de la entrada de la zona fortificada para detectar explosivos pegados al cuerpo.

Iraq ha gastado 180 millones de dólares en la preparación de sus segundos comicios para elegir a los 325 representantes del Parlamento desde la ocupación en 2003. Casi 19 millones de iraquíes tendrán a su disposición 50.000 urnas en 9.000 colegios para elegir entre 6.172 candidatos, repartidos en 996 listas. La oferta es amplia la mayoría de los partidos se aglutinan en alianzas, en listas comunes que les permitan juntar suficientes votos para negociar más tarde posibles coaliciones gubernamentales.

En el Iraq del reparto de poder sectario, macerado durante los últimos siete años, aparecen primero las formaciones de mayoría chií (el 60% de la población iraquí siguen esta rama del Islam): la Coalición del Estado del Derecho, liderada por el actual primer ministro Nuri al Maliki, parte de su victoria en las elecciones locales de enero de 2009 en las que centraron su discurso en la vuelta de la seguridad y en un estado central fuerte, un aspecto más difícil de defender en las actuales elecciones después de los recientes atentados en agosto, diciembre y febrero con más de 400 muertos en la capital.

El segundo gran partido de mayoría chií es la Alianza Nacional Iraquí, que aglutina al Consejo Islámico Supremo Iraquí de Amar al Hakim, el partido de Moqtada al Sadr, al ex primer ministro Ibrahim al Safari, el partido Fadila y Congreso Nacional Iraquí de Ahmed Chalabi (que ha presidido la Comisión de Desbacificación que ha censurado a más de 500 candidatos por su presunta vinculación con el partido del ex presidente Saddam Hussein).

Los que sin duda tendrán un peso determinante en el futuro gobierno iraquí serán los partidos kurdos: el Partido Democrático del Kurdistán dirigido por Masoud Barzani, y la Unión Patriótica del Kurdistán de Yalal Talabani, al que desde hace poco más de un año hace competencia en el Kurdistán el Movimiento por el Cambio (que en las elecciones regionales de 2009 obtuvo más del 22% de los votos).

La apuesta alternativa a estos partidos chiíes vinculados a Irán son las alianzas no sectarias como el Movimiento Nacional Iraquí, conocido como Al Iraqiya (la Lista 333) que lidera el ex primer ministro Iyad Alawi (chií), y que ha logrado unir al vicepresidente Tareq al Hachemi y al líder del Frente del Diálogo Nacional, Saleh al Mutlak, vetado por la Comisión de Responsabilidad y Justicia. La competencia directa de Al Iraqiya en este campo es Unidad Iraquí, del actual ministro de Interior, Jawad Bolani (chii) y que cuenta con líderes tribales suníes como Ahmed Abu Risha.

La principal opción meramente suní es el Frente del Acuerdo, la que fue principal alianza suní es hoy una escisión del Partido Islámico Iraquí, cercana al gobierno estadounidense y que lidera Ayad al Samarai.

El complejo y fragmentado panorama político iraquí lo completan los líderes tribales que no han formado una fuerza común a la espera de ver lo que les ofrecen las grandes alianzas para aportar sus votos; y las minorías (turcomanos, cristianos, yazidies,...) que seguirán el mismo camino.

Transparencia de la votación

La transparencia de la votación avalará la legitimidad de los comicios. El viernes, durante la jornada destinada para que los dos millones de refugiados iraquíes que se encuentran en el extranjero pudieran votar hasta en 16 países diferentes, se registraron graves irregularidades que los propios ciudadanos denunciaban ante las cámaras de televisión. En colegios electorales de Amman, Damasco pero también de Londres los electores mostraban su frustración porque ni siquiera con cuatro documentos de identidad diferentes les permitieron depositar su voto, o rechazaban el pasaporte iraquí de la época de Saddam con el que muchos de ellos abandonaron el país.

Indignados muchos hacían alusión a una campaña por parte del actual Ejecutivo (de mayoría chíi) asegurando que no les interesa el voto del exterior donde las alianzas no sectarias han hecho una intensa campaña para que se produzca el cambio.

La misión de la ONU en Iraq ha formado a 300.000 trabajadores para dirigir el proceso electoral que estará vigilado por 500 observadores internacionales y 250.000 locales.

Parte del futuro de Iraq que el domingo se replantea en las urnas son los planes de retirada de Estado Unidos. Tras haber comprobado su pérdida de poder ejecutivo al no haber sido capaz de evitar la censura a los candidatos apartados de la votación por la Comisión de Responsabilidad y Justicia, la Administración de Barak Obama seguirá con mucho interés los resultados porque está en juego que pueda cumplir con el repliegue de hasta 50.000 de los 96.000 soldados que hay en la actualidad en Iraq para finales de 2011 (está previsto que en agosto se produzca la primera fase con la retirada de las tropas de combate).

Un escenario de mayor violencia que el actual (durante las últimas semanas ha habido días con más de 60 muertos en la capital y la agencia de noticias France Press asegura que entre enero y febrero de 2010 han aumentado un 40% las muertes en el país) obligaría a EEUU a replantearse su supuesto papel estabilizador en Iraq. El General Ray Odierno, máximo responsable del Ejército estadounidense en Iraq, lo anunció hace unos días temiendo que tanto si los partidos chiíes, apoyados por Irán, renuevan mandato, como si una alianza secular que incluya a suníes llegan al Ejecutivo, se produzca de nuevo una fuerte reacción sectaria violenta en las calles por parte de los perdedores.

Los analistas iraquíes y extranjeros son pesimistas ante el presente inmediato de Iraq, la población acude a las urnas para elegir entre lo menos malo, con la esperanza de que alguien consiga controlar la situación para que al población no siga pagando el precio más alto en muertos y desaparecidos.

  • <a name="despiece1"></a><b>Las elecciones de Iraq en Internet</b>
 
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