Los inmigrantes desbordan los cursos gratuitos de formación
Los cursos facilitan en gran medida la inserción laboral de las personas que necesitan tener conocimientos básicos para buscar un empleo
Cuidar de ancianos ya no es un trabajo improvisado o que solamente sea exclusivo de mujeres. El paro ha empujado a muchos inmigrantes a buscar otras opciones para preparase y tener así más posibilidades laborales. Este repentino interés por los cursos de formación gratuitos ha hecho que se vean rebasados en sus cupos entre ellos los de la UGT, los del Instituto Nacional de Empleo, Centros Hispanos de diferentes países y ONGs.
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El boliviano Alberto terrazas de 42 años tiene aspecto de hombre rudo. Alto, robusto, de manos gruesas y mirada fija pasó de ser un soldador en Bolivia a cuidador de ancianos en España. No tiene prejuicios ni vergüenza en reconocer que es un 'cuidador' de personas mayores; oficio que recae en su mayoría en las mujeres inmigrantes. Desde que llegó de Bolivia hace dos años y medio trabaja cuidando a un anciano en la zona de Pueblo Nuevo. Para no perder su trabajo ha decidido capacitarse, siendo uno de los más aplicados en el taller de Alzheimer y Geriatría, organizado por la Asociación de Cooperación Bolivia-España (ACOBE). Cuando se le pregunta cómo ha aplicado las enseñanzas dice sin rodeos: "Aprendí a tener más cuidado con la sonda, en la alimentación y a cómo debo manejarlo para no lastimarlo cuando lo traslado", afirma.
Por las aulas de la sede del Centro Hispano - Boliviano, ubicado en la zona de El Carmen, han pasado más de 1200 personas desde 2005. El de geriatría y cocina son los más demandados. Estrella Muñoz, coordinadora de los cursos, resalta la gratuidad y accesibilidad de los cursos a los que a veces acuden personas de otras comunidades inmigrantes. Según la encargada, los cursos facilitan en gran medida la inserción laboral de las personas que necesitan tener conocimientos básicos en algo para buscar un empleo. "Cada vez es mayor la demanda de personas para formarse y por eso algunos cursos han pasado a ser fijos mientras que otros se van renovando según las solicitudes" indica.
Los cursos arrancaron con 174 alumnos en 2005 y ahora sobrepasan los 700 inscritos: informática de juegos, inglés, geriatría, Alzhéimer, cocina, construcción y electricidad, son algunas de las opciones.
La asociación ecuatoriana Rumiñawi es otra de las asociaciones de inmigrantes que organiza cursos de capacitación que se extiende a las diferentes nacionalidades. El taller de habilidades sociolaborales es el más demandado porque les ayuda a prepararse en la búsqueda de empleo y las entrevistas.
Dejar la construcción para dedicarse a otros oficios
Los parados de la construcción son los más interesados en cambiar de oficio como el colombiano Roberto Gutiérrez que después de ocho años de trabajar en la construcción ha decidido capacitarse en otras ramas y ampliar sus posibilidades laborales. Aunque tiene papeles no tiene trabajo y ha peregrinado por las diferentes organizaciones e instituciones para acceder a algunos de los cursos. "Hice electricidad en el COIN y estoy en lista de espera en los cursos del INEM pero nunca te llaman porque hay mucha gente tratando de inscribirse. Si no estamos haciendo nada lo mejor es aprender otro oficio", comenta esperanzado.
Nuria Albert, Secretaria de Informaciones y Cultura de la UGT Madrid, reconoce la demanda por los cursos de la Escuela de Formación de Madrid 'Macersisa' por parte de los parados y ocupados se ha "triplicado". Han tenido que habilitar más opciones incluso para las personas que tienen trabajo pero que quieren aprender nuevos oficios en sus ratos libres. "Antes nos costaba llenar los cupos pero ahora hay listas de espera y estamos habilitando más cursos", aclara. De las 100.000 solicitudes que han recibidlo este año sólo en Madrid, un 12% son las de inmigrantes que se inclinan por los cursos sectoriales como el de la hostelería, construcción, cocina, panadería, de carné de coducir, entre otros.
Las mujeres no se quedan atrás, en algunos cursos representan el 60% de los inscritos, especialmente los de cocina. Albert aclaró que la repetición de los cursos tienen un límite y que las horas varían entre 60 y 120. Los hay presenciales y a distancia.
"Sabe que estoy ahí al lado izquierdo de la cama"
Víctor Arancibia trabaja hace unos años con un anciano que sufre de Alzheimer. Psicólogo de profesión se ofreció como voluntario en ACOBE para dar cursos sobre el Alzheimer. "Hay que tener mucha paciencia y control ya que podemos terminar consumidos y agotados porque son personas especiales", dice al resaltar que 'su abuelito' se desorienta cuando no lo encuentra en el lado izquierdo de la cama. "Son personas que se van olvidando de todo con el paso del tiempo, incluso de comer. El cuidador es pieza clave para ser su referencia de la realidad" sostiene.
Inquieto y perseverante llegó hace tres años a Madrid y tuvo que pasar por muchos trabajos para conseguir el que ahora tiene. "Cuido a un alto cargo de la iglesia", dice sin querer revelar el nombre. Comenzó buscando trabajo en las iglesias donde se le presentó la oportunidad de cuidar a un anciano que tenía Alzheimer y luego por una recomendación llegó a su actual paciente. Pese que era un campo que desconocía, su perseverancia e interés le llevó a investigar y hacer cursos sobre el Alzheimer . Su formación como psicólogo le ayudó para aplicar al campo de la terapia la teoría adquirida. "En España hay 800.000 personas con Alzhéimer y unas 2.000 sin diagnóstico. Para 2050 serán 100 millones" señala enfático, haciendo gala de sus conocimientos.
"El cuidador muchas veces tiene que cargar con las rabietas, la ansiedad y problemas de estas personas enfermas y eso te va desgastando, te estresa. Se requiere mucha paciencia y fortaleza para que no les consuma este tipo de trabajo", advierte.
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