Llega un 'espejo mágico' que permite elegir las prendas sin salir del probador
El 'espejo mágico' funciona mediante la tecnología RFID (identificación por radiofrecuencia), que sustituye al actual código de barras
Las Cámaras de Comercio del País Vasco presentaron ayer el 'espejo mágico' que permite a los clientes de los establecimientos comerciales elegir las prendas sin salir de los probadores.
Este espejo se coloca en los probadores de ropa de las tiendas, como siempre, y permite pedir distintas tallas de un mismo producto, seleccionar ropa en función de su uso, o elegir prendas que combinen entre sí, con sólo pulsar el espejo, que es una pantalla táctil.
Por ejemplo, si te estás probando una ropa y quieres buscar algo que combine, pulsas en la pantalla y te sale un catálogo con lo que tiene la tienda.
También sirve para ver si la tienda tiene más tallas de lo que te estás probando.
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Comodidad ante todo
Así, los clientes dispondrán de lo que soliciten sin tener que moverse del probador, ya que la información del espejo llega directamente a las dependientas, quienes se encargan de acercar los "pedidos" a los compradores.
Para no aburrirse durante la espera, los usuarios dispondrán de otro tipo de informaciones comerciales también en el espejo, que da la posibilidad a los comerciantes de introducir mensajes publicitarios con música y color sobre sus marcas o sobre la materia que deseen.
El 'espejo mágico' funciona mediante la tecnología RFID (identificación por radiofrecuencia), que sustituye al actual código de barras.
Ventajas para todos
Su principal ventaja para los comercios es que identifica los artículos de un modo más rápido y sin necesidad de tener sus etiquetas en el campo visual, mientras que a los clientes les aporta comodidad en sus compras.
Para los minoristas, este sistema también agiliza su trabajo de inventario y de recogida de productos, ya que, con una sola pasada de un lector pueden conocer en unos segundos todas las características de los artículos metidos en cajas, o colocados en los colgadores.
Por el momento, este sistema se utiliza en contados establecimientos, por lo general grandes cadenas, de Inglaterra, Alemania y Portugal, con un coste aproximado de 0,20 céntimos de euro por etiqueta, al que debe sumarse el valor del espejo.