ETA ha puesto en marcha una amplia restructuración interna para frenar el debilitamiento de su organización

La dirección de la banda llega a calificar su situación como "insoportable", según las conclusiones del proceso de asambleas que celebró este verano; conclusiones a las que han tenido acceso las Fuerzas de Seguridad, y en las que ETA reconoce graves dificultades debido a la presión policial.

La línea oficial sigue apostando por la lucha armada y los objetivos siguen siendo todos los pilares del Estado. La banda armada asume que su estructura organizativa tiene graves dificultades para desarrollar una línea armada eficaz por la presión policial.

Textualmente, ETA habla de situación insoportable. Este proceso de reestructuración se basa en dotar a las estructuras legales, a las no fichadas por la policía de mayor autonomía y flexibilidad teniendo en cuenta la fortaleza con que ETA cuente en cada momento.

En este proceso se han debatido también cambios organizativos en los niveles directivos, que aunque ya se están llevando a cabo son novedosos con respecto al anterior proceso reorganizativo que ETA llevó a cabo en 2002.

Ahora mismo hay dos niveles de dirección: el superior y el ejecutivo. El superior cuenta con un número indeterminado y variable de dirigentes de ETA, que se encarga de tomar decisiones tácticas y de elegir a los componentes del segundo nivel.

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En el ejecutivo el número de miembros también es variable aunque menor al nivel superior y se encarga sobre todo de llevar a cabo la planificación y coordinación de las decisiones tomadas en la cúpula.

Aumentar su capacidad militar

El objetivo de ETA con esta nueva reestructuración es alcanzar nuevamente una capacidad militar suficiente para poder condicionar la situación política, actuando con persistencia, diversificando los procedimientos de utilización de lucha armada y graduándolos en función de los tipos de objetivos y de su nivel de importancia.

Mejorar su seguridad

Ante la presión policial la banda armada quiere mejorar su seguridad a través de una compartimentación rigurosa entre departamentos, funciones y objetivos. Según el reglamento pactado este verano, a partir de ahora cualquier dirigente podrá ser removido de su cargo. Además, y por motivos de seguridad, las resoluciones finales adoptadas en cada asamblea no se publicarán en los informes finales que se aprueben.