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El monumento de Stonehenge pudo haber sido un lugar de peregrinación para personas enfermas

Un grupo de arqueólogos afirma que podría tratarse de un lugar con propiedades curativas asociadas a las piedras

El grupo de arqueólogos de la Universidad de Bournemouth que intenta revelar los secretos del monumento prehistórico de Stonehenge, situado en el condado inglés de Wiltshire, afirmó que éste podría tratarse de un antiguo lugar de peregrinación para personas enfermas que esperaban encontrar la solución a sus respectivos problemas de salud en las cualidades curativas de las piedras.

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Este equipo de arqueólogos, que realizó una excavación el pasado mes de abril -la primera que se realiza en Stonehenge desde 1964-, cree que las propiedades curativas se atribuían a las piedras azules, las más pequeñas que forman parte del círculo. Otras teorías concebían Stonehenge como un lugar religioso o como un calendario.

"Eran las cualidades mágicas de estas piedras lo que (...) transformaba el monumento y lo convertía en un lugar de peregrinaje para los enfermos y los heridos en el mundo del Neolítico", aseguran los arqueólogos en un comunicado. Siempre ha sido un misterio la manera en que estas piedras fueron transportadas a lo largo de 250 kilómetros, desde las montañas de Preseli, en Gales, hasta Wiltshire, en el sur de Inglaterra.

Geoffrey Wainwright, presidente de la Sociedad de Anticuarios de Londres y uno de los expertos que dirigían los trabajos arqueológicos, declaró a la cadena de radio BBC que uno de los hechos que les llevó a esta conclusión fue que varias personas que habían sido enterradas alrededor del monumento presentaban signos de deformaciones y heridas graves.

Los arqueólogos señalaron que las pruebas de radiocarbono sitúan la construcción de Stonehenge entre el año 2.400 y el 2.200 a.C., varios siglos más tarde de lo que se pensaba inicialmente. No obstante, encontraron fragmentos de carbón vegetal anteriores al año 7.000 a.C., lo que demuestra que hubo seres humanos en la zona mucho antes de lo que se creía.

La excavación, que se prolongó durante más de dos semanas, ha revelado que, varios siglos después de finalizarse su construcción, Stonehenge provocó una notable fascinación entre los romanos. En los últimos tiempos del Imperio Romano se hizo un agujero en el centro del monumento y se colocó allí una moneda para luego volver a cubrir la zona con tierra, piedras y un bloque de piedras azules.

Los arqueólogos descubrieron que se habían roto pedazos de las piedras azules de forma deliberada hasta el medievo, y que se celebraron rituales en los que se utilizaba acebo, hiedra y tejo.

Otro de los responsables del equipo, Tim Darvill, de la Universidad de Bournemouth, indicó que las areniscas azules parecían claves para el propósito de Stonehenge, aunque podrían haber tenido más de una función.

 
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