Marcha contra la pena de muerte en Italia sin saludo del Papa
Benedicto XVI impartía el 'Urbi et Orbe', pero no tuvo ningún gesto para los manifestantes
Miles de personas participaron hoy en Roma en una marcha contra la pena de muerte en el mundo, que llegó a la Plaza de San Pedro cuando el Papa impartía el saludo "Urbi et Orbi" y terminó sin que Benedicto XVI les dirigiera un saludo especial.
En una ocasión similar, en 1994, Juan Pablo II, antecesor de Joseph Ratzinger, saludó a los participantes de la marcha, un gesto que también esperaban los convocantes del acto de hoy. "Esperamos que cuando la marcha contra la pena de muerte llegue (a San Pedro) Ratzinger haga como (Karol) Wojtyla, que saludó a los manifestantes", dijó antes de comenzar la ministra de Asuntos Europeos, Emma Bonino.
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Benedicto XVI tampoco incluyó la cuestión en el catálogo de males que afectan el mundo, desde las calamidades, al hambre y las guerra, y que citó en su mensaje pascual poco antes de la bendición "Urbi et Orbi".
La marcha, en la que participaron miles de personas, estaba convocada por la asociación "Nadie toque a Caín", nombre adoptado de la bíblica frase del Génesis: "Y el Señor puso una señal a Caín para que nadie que le encontrase le atacara".
Aunque sin estar presentes, a la iniciativa se han adherido, a través de mensajes, el jefe del Gobierno italiano, Romano Prodi, y dieciséis ministros.
La marcha tuvo como objetivo apoyar la moratoria mundial de la pena de muerte presentada por el Ejecutivo italiano a la ONU. La manifestación, en la que también estuvo el alcalde de la ciudad, Walter Veltroni, comenzó en la Plaza del Capitolio y recorrió las principales calles de Roma, para terminar en la Plaza de San Pedro.
"Nadie toque a Caín" es una liga internacional de ciudadanos y de parlamentarios que buscan la abolición de la pena de muerte en el mundo y fue fundada en Bruselas en 1993.