Sociedad | Actualidad
EL JUICIO DEL 11-M

Amena recibió 100 órdenes judiciales para seguimiento de móviles tras el atentado del 11-M

Un agente inmobiliario asegura que fue él quien puso a la Policía en la pista del piso de Leganés

Madrid

El director de Seguridad de Amena ha asegurado que recibió entre 90 y 100 requerimientos judiciales para realizar el seguimiento de llamadas efectuadas con los teléfonos móviles utilizados en los atentados de Madrid y ha destacado que "nunca se proporcionaron" tales listados "sin mandamiento judicial".

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Así lo ha manifestado en la jornada decimonovena de juicio, en la que, a preguntas del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, ha explicado que alrededor de las 10.30 del 12 de marzo les informaron, desde la Comisaría General de Información, de la localización de la tarjeta telefónica aparecida en el artefacto explosivo de la denominada 'mochila de Vallecas' y ha señalado que a partir de ese momento empezaron a "hacer gestiones".

Según su relato, sobre las 13.30 de ese día averiguaron quién era el distribuidor y lo comunicaron a la Comisaría; "a las nueve o nueve y pico" identificaron que la tarjeta tenía un registro en la BTS de Morata de Tajuña, lo que significaba, según ha explicado, que esa tarjeta estaba "expedida" pero no activada porque sólo se había introducido su pin y no habían realizado llamadas.

Este registro sólo permanece durante 72 horas en la BTS y, por ello ordenó "que se guardara toda la información" del tráfico de llamadas de la antena de Morata de Tajuña, hasta que la autoridad judicial "me da la orden específica de que guardemos todos los datos". El director de Seguridad de Amena ha asegurado que adoptó esa decisión "preventivamente" porque "es un sistema de funcionamiento constante con la autoridad judicial cuando se produce un atentado terrorista".

Piso de Leganés

También ha declarado el agente de la inmobiliaria que alquiló el piso de Leganés en el que se suicidaron siete los terroristas el 3 de abril de 2004, quien ha asegurado que él informó a la Policía de la localización exacta de esa vivienda sobre la una de la tarde de ese día.

La Policía localizó a este trabajador a través de las llamadas realizadas desde su teléfono móvil al de la persona que alquiló el piso, a quién ha reconocido como el huido Mohamed Belhadj, el cual, según explicó, le mostró su tarjeta de residente, para firmar el contrato de alquiler que tiene fecha de 1 de marzo de 2004.

También ha declarado el empleado de la empresa de alquiler de coches que le facilitó un Renault 19 al huido Mohamed Afalah, supuestamente muerto en un atentado terrorista en Irak en 2005, quien ha señalado que Afalah llevó la documentación del acusado Abdelmajid Bouchad para alquilar el vehículo porque dijo que el coche era para el procesado.

La sesión de hoy ha comenzado con la declaración de Mustapha El Haddar, una de las personas que fue contratada en enero de 2004 por el suicida Jamal Ahmidan, 'El Chino', a quien ha identificado en las fotografías mostradas por el tribunal, para trabajar en la finca de Chinchón, en la que se quedó a dormir "dos o tres días".

Incidente

El incidente de la mañana lo protagonizó una mujer, miembro de la Asociacion 11-M Afectados por el Terrorismo, quién se presentó en la sala con una camiseta en la que aparecía una de las caricaturas de Mahoma que han sido publicadas en diversos rotativos europeos y se sentó frente al habitáculo blindado en el que permanecen los acusados que están presos.

Al abandonar la sala, el Tribunal ordenó a las Fuerzas de Seguridad que identificaran a esta mujer al considerar que exhibir esa camiseta, que libremente puede usar en cualquier momento y lugar, en el juicio conlleva una "connotación especifica", que es mejor evitar.

Tras el incidente esta mujer, visiblemente nerviosa, ha tenido que ser atendida por el equipo de psicólogos que habitualmente están presentes en el juicio.

ETA intentó robar explosivo a Toro

Un testigo protegido ha asegurado que el presunto narcotraficante José Ignacio Fernández Díaz 'Nayo', relacionado con José Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro, le comentó que ETA intentó robar a Toro el explosivo que él iba a vender a la banda terrorista, sacado ilegalmente de 'Mina Conchita'. Según el relato de este testigo, quien coincidió con 'Nayo' en la cárcel entre 2002 y 2003, éste le contó que el incidente tuvo lugar en un club de Gijón (Asturias) en el que, dijo, "creo que hubo incluso una persecución y un tiroteo".

El testigo ha señaló que 'Nayo' le dijo a él que informó a la Policía Nacional del posible tráfico de explosivos que llevaban a cabo Trashorras y Toro pero "como no le hacían caso" le pidió que contactará con la Guardia Civil. Así, según su versión, habló dos veces con agentes del Instituto Armado mientras estuvo en prisión y ha apuntado que a partir de mayo de 2004 se volvieron a poner en contacto con él para intentar localizar a 'Nayo', quien tras salir de la cárcel ha huido a Santo Domingo porque tiene otras dos causas pendientes con la Justicia.

 
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