El PSOE y el embajador israelí zanjan la polémica sobre las palabras de José Blanco

El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, llamó esta tarde al embajador israelí en España, Víctor Harel, para tratar de zanjar la polémica abierta tras sus declaraciones sobre los ataques de Israel contra la población civil. Harel ha asegurado que Blanco le ha reconocido lo "erróneo" de sus palabras, algo que ha desmentido fuentes de la dirección del PSOE, aunque ambas partes desean "pasar página".

La polémica desatada por las declaraciones de Blanco, en las que el Secretario de Organización del PSOE aseguraba que para Israel los civiles son "un objetivo buscado", están ya "zanjadas", según han confirmado tanto fuentes del PSOE como el embajador de Israel en España.

Aunque José Blanco no ha rectificado en público, hoy ha decidido cambiar su discurso y ha matizado asegurando que los muertos civiles, de Israel o del Líbano, "no tienen razón de ser".

Esta tarde, el embajador israelí en España, Victor Haarel, ha asegurado que Blanco le ha reconocido, en una conversación telefónica, que sus declaraciones fueron "erróneas". "En el espíritu de dejar atrás los malentendidos, doy el caso por cerrado y, ahora, debemos trabajar todos juntos hacia el futuro".

Sin embargo, fuentes del PSOE han desmentido a la Cadena SER que su Secretario de Organización haya reconocido que sus declaraciones son erróneas, aunque quiere dar por zanjada la polémica.

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Zapatero volvería a fotografiarse con la 'kufiya'

Por su parte, el presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha asegurado que las relaciones entre Israel y España no se van a alterar por las últimas declaraciones de Blanco. Ha calificado de "lamentable" las acusaciones de "antisemita" que le han dedicado tanto el PP como algunos miembros de la comunidad judía, por su discrepancia con la política de Israel en este asunto.

De momento, Rodríguez Zapatero no se plantea enviar tropas a la zona, que en todo caso, deberían estar integradas en una misión bajo bandera de la ONU. Sobre la polémica foto con el pañuelo palestino, el presidente quita importancia a la instantánea, aunque asegura que volvería a posar.