Al menos quince muertos en ataques de EEUU contra la resistencia en Faluya
Al Zarqawi se responsabiliza de la jornada sangrienta de ayer en Irak
La violencia se ha apoderado de Irak. Si ayer se vivía una de las jornadas más sangrientas desde que se dio por terminada la guerra, con más de cien personas muertas, a consecuencia de tiroteos, atentados y bombardeos, hoy los enfrentamientos entre las tropas norteamericanas y la resistencia en Faluya ha dejado, al menos, quince muertos entre los resistentes.
Al menos quince personas murieron y otras 20 resultaron heridas por los disparos de artillería y de la aviación estadounidense esta mañana en la ciudad rebelde suní de Faluya, al oeste de Bagdad, según fuentes médicas y un corresponsal de France Presse sobre el terreno.
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"Hasta ahora hemos enterrado a quince personas, entre ellas un conductor de ambulancia, dos enfermeras y seis personas muertas cuando su vehículo fue alcanzado por un obús", indicó Falah Abdalá, un enterrador del cementerio de la ciudad.
Estos combates son la continuación de los registrados en todo el país. Ayer en la capital perdieron la vida 37 personas. Explotaron siete coches-bomba y los insurgentes lanzaron decenas de granadas de mortero contra la llamada "zona verde", donde están las oficinas del gobierno iraquí y la embajada de Estados Unidos.
También, hubo un intenso intercambio de disparos en pleno centro de la capital iraquí. Además, helicópteros estadounidenses dispararon contra una multitud que estaba saqueando un vehículo blindado norteamericano que había sido abandonado. Según el ejército estadounidense, sus helicópteros respondieron a disparos que provenían de la multitud.
El grupo del líder de Al Qaeda en Irak, Abu Musab al Zarqawi, se ha responsabilizado a través de un comunicado en internet de la jornada de violencia que se vivió ayer en el país.
El secretario de estado norteamericano, Colin Powell, ha reconocido que las tropas de Estados Unidos están pasando por un momento difícil en Irak. No obstante, ha asegurado que lograrán sofocar los focos de violencia y aplacar los levantamientos antes de las elecciones iraquíes, previstas para principios de 2005.
