Rusia reconoce que puede haber más de 250 muertos en el colegio y que los rehenes eran más de mil

Más de doscientos cincuenta muertos y entre 700 y 900 heridos, de los cuáles 259 son menores, ha dejado por el momento el asalto de las fuerzas rusas al colegio de Osetia del norte tomado por terroristas chechenos, según fuentes médicas citadas por la agencia Interfax. Un asesor de Putin ha reconocido que la cifra de rehenes superaba en realidad el millar. Este mismo asesor ha asegurado que se han identificado a 79 cuerpos. Las autoridades rusas han cerrado la operación tras capturar vivos a tres secuestradores.

Tras el ataque de las fuerzas rusas al colegio, decenas de niños secuestrados salieron desnudos y cubiertos de sangre a buscar a sus familiares y a beber y comer tras más de 50 horas sin tomar alimento alguno.

El cámara de un periodista británico de la ITV News que ha entrado en el edificio calcula que sólo en el gimnasio de la escuela yacen unos cien cadáveres. Por su parte, la agencia rusa Interfax, citando fuentes del ministerio de Salud, cifra el número de bajas en más de 250. Otras fuentes periodísticas hablan de 23 cadáveres en la morgue del hospital de Beslan, 17 de ellos niños.

En cuanto a los heridos, centenares de personas, entre 700 y 900, de los cuáles 256 son niños, según los últimos datos del Ministerio de Situaciones de Emergencia, están hospitalizadas, pero no hay información sobre su estado.

La mayoría de los internados en el hospital de Vladikavkaz, capital de Osetia del norte, tienen "heridas de bala o quemaduras" según dijo a Interfax un representante del Ministerio de Sanidad de Osetia del Norte.

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Los disparos y las explosiones no cesaron durante varias horas tras la incursión del ejército ruso en el edificio. Aunque las fuerzas rusas hablaban de control total del colegio, lo cierto era que un grupo de terroristas se había atrincherado en el sótano de la escuela junto a varios rehenes, algunos de ellos niños.

A última hora de la tarde, las autoridades dieron por cerrada la operación tras la captura por las fuerzas de seguridad de los tres terroristas que retenía aún a los rehenes. Falta por confirmar el número exacto de terroristas muertos en la operación. Según fuentes del Gabinete de crisis, citadas por la agencia Itar-Tass, en los tiroteos con las fuerzas de seguridad murieron 26 secuestradores, ocho dentro del centro y el resto en los barrios adelaños. Estas fuentes cifran en cuatro los terroristas huídos.

Por su parte, para el consejero del Kremlin para asuntos caucásicos, Aslanbek Aslajánov, el comando estuvo integrado por una treintena de terroristas, de los cuales fueron aniquilados 20; la mitad de estos resultaron ser procedentes de países árabes y hasta hay un africano, mientras que los demás son oriundos del Cáucaso.

ASALTO "NO PLANIFICADO"

"Ha ocurrido una tragedia. No lo esperábamos", confesó Aslajánov, quien esta mañana había llegado a Beslán para negociar con el comando terrorista que desde el miércoles retenía en una escuela a varios centenares de personas.

Todo comenzó después de que se alcanzara un acuerdo con los terroristas para retirar del colegio los cadáveres de las víctimas que se produjeron el miércoles, cuando los secuestradores se apoderaron del edificio.

Las tropas rusas, que aseguran que el asalto no fue planificado, aprovecharon sin embargo ese momento para tomar la escuela. Afirman que los terroristas comenzaron a disparar a un grupo de mujeres y niños que emprendió la huida en los primeros instantes de confusión. Según las autoridades rusas, fue la protección de estos rehenes lo que les decidió a entrar en la escuela.

Poco más tarde se produjeron dos fuertes explosiones seguidas de un tiroteo y del colegio empezaron a salir corriendo mujeres y niños casi desnudos, y algunos cubiertos de sangre. Tras una tercera explosión, se derrumbó el techo de una parte del colegio. Los rehenes continuaban saliendo entre escenas de gran dramatismo, mientras las tropas rusas tomaban por completo el control del edificio.

"UNA BOMBA PEGADA AL TECHO SE CAYÓ"

"No planificábamos realizar ningún tipo de operaciones con el empleo de la fuerza. Teníamos previsto continuar las negociaciones para conseguir la liberación por medios pacíficos", aseguró el jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antigua KGB) de Osetia del Norte, Valeri Andréyev.

Sus palabras fueron confirmadas más tarde por una rehén que fue testigo directo de los acontecimientos que desembocaron en la masacre de la escuela de Beslán. "Los terroristas habían colgado varias bombas al techo con cinta adhesiva. Una de ellas se desprendió, la bomba cayó y detonó", relató a la televisión rusa. "Sonaron una tras otra dos potentes explosiones, del edificio empezaron a salir corriendo los rehenes y los terroristas abrieron fuego contra ellos", relató, a su vez, Andréyev.

Según el diario Gazeta, una mujer, madre de una niña de tres años, cuando se enteró de que el gabinete de crisis manejó ayer la cifra de 354 rehenes exclamó indignada: "¡Cómo se le ocurre! ¡Se han vuelto locos! ¡Somos 1.020 personas".

Efectivamente, tras el asalto, las estimaciones de la Presidencia rusa llegaban a las 1.200 personas secuestradas, el 70 por ciento niños.

Pero esta no ha sido la única cifra que ha bailado durante el día. Al igual que ocurrió con el teatro Dubrovka de Moscú en octubre de 2002, las autoridades contribuyeron a la confusión inicial al asegurar que la mayoría de los niños secuestrados se encontraban vivos y que todos ya habían sido evacuados.

La realidad, poco a poco, desmintió a los portavoces oficiales. Aunque no se conoce el número exacto, muchos de los niños secuestrados han muerto y en el momento de esas declaraciones todavía había niños rehenes de los terroristas.

SIN AGUA NI ALIMENTO

La última exigencia de los terroristas era la independencia de Chechenia, según el presidente de Osetia del Norte, Alexandr Dzasójov. Desde el asalto del colegio, los secuestradores se negaron a recibir agua, alimento y medicinas para los rehenes.

Según una mujer que ayer estaba en el grupo de las 26 mujeres y bebés liberados aseguró que uno de los secuestradores contestó: "Nuestras madres lloraron, `ahora que lloren las vuestras!", a las peticiones de las mujeres para que les permitieran dar a los bebés algo más que agua del grifo.